Desde Jackson Hole, Wyoming, ha salido la voz que todos esperábamos con impaciencia desde hace días. Ben Bernanke, presidente de la Reserva Federal, habló pero no dijo lo que todos esperábamos y los mercados inmediatamente reaccionaron negativamente (DowJones perdió un 1,5% y el Nasdaq un 1%). (Lea el texto en el idioma original)
Sin flexibilización cuantitativa, QE3 o compras de bonos. Bernanke pronunció palabras tranquilizadoras, a pesar de la revisión a la baja del crecimiento del PIB. “Los cimientos del crecimiento estadounidense están ahí, dijo, “y la Fed hará todo lo posible para asegurar el crecimiento”. Sin embargo, las discusiones de política sobre una posible inyección de liquidez se posponen hasta septiembre. Durante dos días, y no solo uno como estaba previsto, la Fed "discutirá más a fondo" si proporciona o no más estímulos.
“La Fed continuará evaluando el escenario económico a la luz de la nueva información y está lista para desplegar todas las herramientas a su alcance para promover una recuperación más vigorosa en un entorno de estabilidad de precios”.
Bernanke apeló a los congresistas pidiéndoles que realicen nuevas maniobras para consolidar el presupuesto, subrayando que su margen de maniobra es mayor que el de su institución.
Refiriéndose a la crisis de la deuda europea, el presidente de la Fed dijo que "tiene confianza". Según Bernanke, "los europeos harán lo que sea necesario para salir de la crisis".
