En Asia, el Nikkei se resiste a oscilar en torno al crecimiento cero, a pesar de que el yen se fortalece frente al dólar, alcanzando los 118,8 a primera hora de la tarde japonesa. Tanto el yen como el oro tienen reputación de activos refugio, y el metal amarillo ha subido considerablemente por encima de 1200 y alcanza los 1214 $/onza.
La mayor caída de Wall Street afectó a los mercados bursátiles que habían crecido más y, por lo tanto, estaban listos para una corrección. El índice CSI300 Shanghai Composite ha bajado alrededor de un 1%, después de subir un 64% en el año de ayer, el mejor desempeño de los mercados bursátiles.
Detrás de este descenso están las empresas energéticas chinas que, al igual que sus hermanas en todo el mundo, sufren el bajo precio del crudo. Sin embargo, el índice chino registró un p/e de 12,5: todavía bajo en comparación internacional, aunque claramente más alto que en el pasado. El petróleo se desplomó hasta los 47,5 $/b (WTI – Brent marca 50,6) y los inventarios estadounidenses siguen muy altos.
El euro se debilita a 1,188 frente al dólar, y las cancillerías europeas esperan con ansias las próximas elecciones en Grecia. Los futuros de acciones en Wall Street se recuperaron ligeramente (+0,2%).
