Érase una vez la locomotora de América del Sur. No es que Brasil esté en recesión, al contrario, pero según el Informe publicado ayer por la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) La economía del estado más grande de América Latina cerró 2012 con un crecimiento del 1,5%, que también será la envidia de más de un país de la eurozona pero que representa el porcentaje más bajo entre los llamados BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica). Los cinco países que han estado impulsando la economía mundial en los últimos años ven siempre a China a la cabeza (previsión de crecimiento hasta el 7,5 %), seguida de India (4,4 %), Rusia (3,4 %) y Sudáfrica (2,6 %).
Y no es mejor para la nación verde-dorada ni siquiera mirar el Proyecciones para los próximos dos años: Beijing y Nueva Delhi seguirán liderandoy, con el primero volviendo a crecer por encima del 8% y el segundo en torno al 5% de media, mientras que a Brasilia se le unirán Moscú y Johannesburgo que esperan una mejora anual en torno al 4%.
Según la encuesta de la OCDE las razones de este ligero descenso en Brasil hay que buscarlas en las políticas excesivamente proteccionistas implementadas por el gobierno de Dilma Rousseff: el gigante sudamericano ocupa de hecho solo la posición 46 en el Índice de Competitividad Global y según Ernst&Young cayó siete posiciones de 2011 a 2012 en el ranking de atractivo para inversores extranjeros, cayendo al puesto 36, solo por delante de Rusia entre los BRICS.
Y eso no es todo. Según un análisis reciente de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual, Brasil también es un país con poca innovación: es solo el 58 en el mundo, perdiendo 9 posiciones frente al puesto 49 de 2011. Registró la peor caída entre los países emergentes, perdiendo también la primacía de América del Sur, que pasó a Chile, ahora en el puesto 39.
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