Los BRICS (Brasil, Rusia, India y China) son el buque insignia de los países emergentes dinámicos, pero su reputación actualmente está un poco empañada. Solo India parece estar acelerando tras la inyección de confianza que ha dado al nuevo gobierno de Modi. Pero Rusia ve cómo el rublo se devalúa y se enreda en el complejo asunto ucraniano, mientras que China sufre una desaceleración, aunque sea fisiológica. Brasil incluso cae en recesión, después de dos trimestres de crecimiento negativo.
Naturalmente, el gobierno se defiende y el ministro de Hacienda, Guido Mantega, dice que realmente no estamos en recesión, dado que el desempleo no aumenta (pero olvidando que la tasa de desempleo es un indicador rezagado del ciclo). El consumo privado, sin embargo, todavía se encuentra en territorio positivo; son las inversiones las que están cayendo, al igual que el gasto público.
Tal vez las cosas mejoren después de las próximas elecciones y las empresas estén esperando escuchar el resultado antes de hacer planes para los gastos de capital. Mientras tanto, la debilidad de la economía favorece a la oposición: puede haber una papeleta entre dos mujeres, la presidenta saliente Dilma Rousseff y la retadora Marina Silva.
Durante la presidencia de Rousseff, el crecimiento promedió 2%, la mitad del registrado durante la presidencia del mentor y predecesor de Rousseff, Lula da Silva.
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