El que presenta el grupo energético español Iberdola es un plan de inversión sin precedentes: 75 millones de aquí a 2025, de los que el 90%, es decir, 68 millones, serán orgánicos. De estos 68 mil millones, más de la mitad (51%) irá a renovables y el 40% a redes. El 21% de las inversiones totales se destinará a España (+60%), mientras que la mitad se gastará en EE.UU. y Reino Unido (34 millones en total). Pero estos no son los únicos números "aterradores": el grupo español, que es así candidato a entrar en la élite global de su mercado, también especifica todas las repercusiones que tendrán estas inversiones. Mientras tanto, considerando las industrias relacionadas, sustentarán medio millón de empleos durante los próximos cinco años; también permitirán a Iberdola elevar su contribución fiscal global (en todos los países en los que opera, incluida Italia donde está presente desde 2016) desde 8 millones en 2019 hasta 12 millones en 2025.
Las nuevas plantas y las nuevas infraestructuras tendrán un impacto importante en los sistemas económicos de los distintos países, desde el punto de vista de la electrificación de la economía y, según la nota, “de la revitalización industrial de todos los territorios”. Por no hablar de lo mucho que significa este compromiso desde el punto de vista de la transición energética. Según promete Iberdola en su nota de prensa, La capacidad renovable alcanzará los 60 GW en 2025, en comparación con 32 GW en 2019. Al final del período, la cartera de energía limpia se dividirá entre eólica terrestre (26 GW), eólica marina (4 GW), solar (16 GW) e hidroeléctrica (14 GW). La estrategia llevará al grupo ibérico a ser carbono neutral en 2030, cuando habrá logrado reducir sus emisiones globales de CO2 en un 86% hasta los 50g/kWh. Iberdola es ya hoy el primer productor de energía eólica en Europa, el tercero en Estados Unidos
Por último, pero no menos importante, la creación de valor para Iberdola y sus accionistas. El beneficio neto estimado a finales de 2022, a la luz del plan de maxi inversiones, se situará entre 4 y 4,2 millones de euros y alcanzará los 5 millones en 2025, con un EBITDA de 15 millones de euros. En este escenario de crecimiento, la retribución al accionista crecerá en línea con los resultados con un suelo de expansión de entre 0,40 y 0,44 euros por acción en 2025. El pay-out, comunica Iberdrola, se mantendrá entre el 65% y el 75%. “Tras anticiparnos 20 años a la transición energética –comenta el presidente Nacho Galàn-, nuestro modelo de negocio nos posiciona como un actor clave en la transformación del tejido industrial. Con nuestra experiencia, nuestro compromiso con la sociedad y nuestra solidez financiera, proponemos un modelo de crecimiento económico sostenible a largo plazo que puede abordar los desafíos de la sociedad actual".
