fintech. Esta palabra podría ser la más abusada, pero también la más infravalorada en las últimas décadas. La revolución tecnológica en el mundo financiero ha despegado recientemente, con una explosión de demanda e inversiones por parte de capitalistas de riesgo, mientras los operadores tradicionales empiezan a moverse más convencidos para enfrentarse a los nuevos competidores digitales.
¿QUÉ PIENSAN LOS INVERSORES?
Esta fue la pregunta que se planteó el primer Informe Mundial FinTech, elaborado por Capgemini y LinkedIn, en colaboración con Efma, sobre una muestra de 8.000 clientes bancarios de 15 países, y acompañado de entrevistas a 100 altos directivos.
Resultó que alrededor de la mitad de los clientes bancarios en todo el mundo (50,2 %) utilizan los productos o servicios de al menos una empresa FinTech, con preferencia por el área de gestión de inversiones, donde el 17,4 % confía exclusivamente en los jugadores digitales y el 27,4 % los usa además de operadores tradicionales.
Los servicios financieros digitales son especialmente exitosos entre los clientes más jóvenes, ricos y expertos en tecnología. Geográficamente, los más apasionados por FinTech son los chinos y los indios, con un 84 % y un 77 % de los encuestados, respectivamente, que afirman utilizar los servicios financieros que ofrecen los operadores digitales. Le siguen Emiratos Árabes Unidos, Hong Kong y China, mientras que los menos inclinados son los holandeses y los belgas.
FINTECH Y JUGADORES TRADICIONALES: ¿QUÉ FUTURO?
Mientras tanto, estos últimos parecen haber tomado conciencia del avance de las FinTech y están dando pasos para hacer frente a la competencia. Eso sí, la dinámica futura de la relación entre los operadores tradicionales y las empresas FinTech aún no está muy clara. Mirando más allá del mundo de las finanzas, vemos que en algunos casos los avances tecnológicos han tenido un impacto devastador, por ejemplo, al significar el fin de las fotografías impresas y el alquiler de películas. Pero en otros casos, la innovación ha sabido convivir con la tradición: los libros electrónicos y los libros en papel son un ejemplo.
En el sector financiero, señala el informe, la mayoría de los jugadores tradicionales (60%) consideran hoy a las empresas FinTech como socios potenciales, pero casi la misma proporción (59,2%) está desarrollando sus propias funciones internas para mantenerse al día. Otras vías exploradas por los institutos tradicionales son las inversiones en FinTechs (38%), las alianzas con instituciones educativas (34,3%) o la creación de aceleradoras (29,6%). Finalmente, el 18,6% está procediendo a la adquisición de empresas FinTech.
