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Hipotecas subprime, para JP Morgan una liquidación récord de 13 millones

Según el "Wall Street Journal", el banco estadounidense cerró las negociaciones con el Departamento de Justicia de los EE. UU. al aceptar pagar 13 mil millones de dólares para cerrar la investigación: JP Morgan supuestamente dio información engañosa a los gigantes hipotecarios Fannie Mae y Freddie Mac sobre la calidad. de los préstamos adquiridos durante el auge de la vivienda.

Hipotecas subprime, para JP Morgan una liquidación récord de 13 millones

El escándalo de la hipotecas de alto riesgo cierra por JP Morgan con un acuerdo de culpabilidad récord. El gigante bancario estadounidense ha cerrado negociaciones con el Departamento de Justicia de EE. UU. al aceptar pagar 13 millones para cerrar la investigación en su contra. Lo escribe el "Wall Street Journal", especificando que el acuerdo debe oficializarse en las próximas horas. La institución pagará $4 mil millones a los propietarios que han perdido sus viviendas y $9 mil millones a otros inversionistas. Es el acuerdo más oneroso que jamás se haya firmado entre el gobierno de Washington y una empresa. 

No solo eso: las indemnizaciones deberán pagarse a finales de 2016 y si el Banco no respeta este plazo, podría sufrir otras sanciones. De los cuatro mil millones, 1,5-1,7 mil millones irán a las personas involucradas para reducir las tasas de sus hipotecas, que en muchos casos han excedido el valor de sus hogares. Otros 300-500 millones se utilizarán como ayuda para disminuir las tasas de los consumidores afectados. La otra mitad de los cuatro mil millones podría usarse para reducir los intereses de los préstamos existentes.

Según las acusaciones, JP Morgan proporcionó información engañosa a los gigantes hipotecarios Fannie Mae y Freddie Mac sobre la calidad de los préstamos adquiridos durante el auge inmobiliario. 

EL MECANISMO DE LAS HIPOTECAS SUBPRIME

Pero, ¿cómo funcionó la estafa de las hipotecas de alto riesgo? En pocas palabras, los bancos estaban presionando a sus clientes para que usaran los hogares como cajeros automáticos. Durante años los préstamos inmobiliarios se sacaron en serie: los nuevos préstamos servían para amortizar los anteriores y al ser de mayor cuantía (porque mientras tanto el precio de las casas había subido) permitían a las familias embolsarse la diferencia. Tan pronto como los precios de la vivienda dejaron de subir, el mecanismo se atascó y millones de estadounidenses se encontraron con una hipoteca que no podían pagar. En ese momento los bancos se apoderaron de las casas.

A medida que ofrecían hipotecas de alto riesgo a los clientes, los prestamistas emitían instrumentos financieros complejos respaldados por esas mismas hipotecas. Productos derivados que eran más que arriesgados (porque estaba claro que las subprime no estarían cubiertas), pero que se vendían como inversiones muy seguras a los inversores. Todo ello gracias también a la complicidad de las agencias de calificación, que (pagadas por los propios bancos, y por tanto en conflicto de intereses) asignaron triple A a esos títulos, la máxima calificación de fiabilidad.


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