Son ya casi un millar de agricultores y desyerbadores que han salido de los arrozales de las principales regiones productoras, de Lombardía a Véneto, de Emilia a Piamonte, para manifestarse en Roma con pancartas, pancartas y sacos de arroz. Las especulaciones y engaños que amenazan la primacía de Italia en Europa están bajo acusación, como se afirma en las pancartas "Del arroz a la mesa, el precio aumenta en 5 veces, basta de especulaciones" pero también "+346% de importaciones de arroz de Vietnam, es una invasión".
Pero en el centro de la protesta #SosRisoItaliano también existen condiciones de explotación laboral, contaminación ambiental y los riesgos para la salud de productos importados a bajo costo del Este donde se permiten pesticidas que han estado prohibidos en Europa durante décadas. Para combatir la competencia desleal, los agricultores piden que los productos importados se apliquen bajo las mismas reglas que los nacionales, que deben ser reconocibles con un sistema de etiquetado de origen transparente. "Basta de engaños, inmediatamente la etiqueta de origen del arroz", gritó con un megáfono el presidente de Coldiretti Roberto Moncalvo. "Se necesitan 3 kilos de arroz paddy para comprar una taza de café", dicen los campesinos que, provocativamente, hacen trueques por café y capuchino en los bares que rodean el Ministerio de Agricultura, donde se encuentra un encuentro sectorial con el Ministro de Políticas Agrarias Maurizio Martina de la que los agricultores esperan noticias importantes.
Antes de salir a la calle, los campesinos encabezados por Coldiretti publicaron los resultados de su dossier sobre el arroz. En la práctica, argumentan, hoy hay que ver hasta tres kilos de arroz paddy para pagar un simple café “por la especulación y el engaño que afectan a los arrozales nacionales y perjudican a los consumidores”. Los precios del arroz paddy italiano desde diciembre -subraya la asociación- han sufrido un desplome del 33,4% mientras que “en los lineales de los supermercados se han mantenido casi estables con perjuicios para los consumidores y una pérdida para los productores estimada en 115 millones de euros en el último año”. En cambio, las llegadas de arroz de Vietnam aumentaron un 346%. y +34% de Tailandia: nunca antes había llegado a Italia tanto arroz extranjero como en 2016, con una verdadera invasión del Este desde donde casi la mitad de las importaciones que llegaban al récord histórico de 244 millones de kilos. Bajo acusación está la introducción por parte de la UE del sistema arancelario preferencial con arancel cero para países que operan bajo el régimen EBA (Todo menos Armas), con arroz blanqueado importado a Europa sin estar sujeto a aranceles que ha pasado del 35 % de 2008/2009 al 68% de 2015/2016, según el análisis de Coldiretti. Y las consecuencias sobre los precios internos no se hicieron esperar.
Según el dossier, el arroz italiano se paga entre 32 y 36 céntimos el kilo de Arborio y entre 33 y 38 céntimos el kilo de Carnaroli, mientras que las variedades que llegan de Asia se pagan a un precio que es aproximadamente la mitad de lo que cuesta producir. ellos en Italia de conformidad con las normas sobre seguridad alimentaria y ambiental y los derechos de los trabajadores.
“Italia – continúa Coldiretti – sigue siendo el primer productor europeo de arroz un territorio de 237 mil hectáreas cultivadas por 4263 empresas, para una producción de 1,58 millones de kilos, con un papel ambiental y de oportunidades de empleo insustituibles, pero la situación se deteriora y el trabajo de más de diez mil familias, entre empleados y empresarios involucrados en toda la cadena de suministro, está en riesgo.
“La producción nacional -dice Coldiretti- sería más que suficiente para cubrir el consumo interno pero prefieren especular con importaciones de alto riesgo y bajo costo porque es posible hacer pasar arroz extranjero como italiano debido a la falta de un sistema de etiquetado adecuado. De ahí la petición del presidente de la asociación, Roberto Moncalvo: “Es necesario suplir el retraso acumulado e iniciar el procedimiento nacional previsto por la Unión Europea para llegar cuanto antes a la obligación de indicar el origen, como lo que pasará con la leche y derivados a partir del próximo 19 de abril y lo que está por pasar con el trigo y la pasta”.