Standard and Poor's rebajó la perspectiva de la deuda griega de estable a negativa. La decisión se produjo debido a los retrasos en la implementación del plan de recortes y reformas negociado por Atenas con los acreedores internacionales.
La agencia mantuvo la calificación griega en CCC, sin embargo, subrayó que es posible un nuevo recorte de calificación debido al empeoramiento de la situación económica. Según S&P, Atenas podría verse obligada a pedir una ayuda financiera adicional de 7 millones de dólares. El plazo más inminente para el Gobierno griego es el próximo 20 de agosto: en dos semanas Atenas deberá devolver 3,2 millones de deuda al BCE que actualmente no tiene.
Sin embargo, hacía unos días habían llegado buenas noticias desde la Península. Los expertos de la troika (Comisión de la UE, Fondo Monetario Internacional y Banco Central Europeo) han opinado favorablemente sobre el plan de austeridad de 11,5 millones de euros establecido por el ejecutivo griego "en línea con los objetivos del programa de ajuste".
El 24 y 25 de agosto, el primer ministro Antonis Samaras se reunirá con la canciller alemana Angela Merkel y el presidente francés Frnçois Hollande para discutir una posible renegociación de los términos del rescate.
