En pleno mediodía de Silicon Valley, parece que entre las últimas armas permitidas no solo están los smartphones, sino también la TV. Google acaba de anunciar su respuesta de bajo costo al Apple TV: una memoria USB aparentemente inocua.
Chromecast, así se llama el dispositivo, debe estar conectado a la televisión a través de un puerto HDMI y permite al usuario ver videos en streaming usando su teléfono inteligente, tableta o computadora.
El dispositivo, lanzado de inmediato al mercado estadounidense, cuesta 35 dólares. Aún no se sabe cuándo el producto saldrá a la venta fuera de los Estados Unidos.
Chromecast es el último intento del gigante de Mountain View de entrar en la industria de la televisión. En 2012 intentó tímidamente entrar en el salón, considerado por los expertos del sector una mina de oro de ganancias gracias a la publicidad. El primer experimento, un decodificador de 300 euros en asociación con Sony, fracasó estrepitosamente. Así como había ido mal la experiencia de Google TV, un servicio obstaculizado por varias cadenas de televisión y que obligaba a los usuarios a adquirir costosos equipos.
La idea de Chromecast, por otro lado, es muy simple: ofrecer clips en streaming disponibles en sitios web existentes, como YouTube y Netflix, en cualquier pantalla de televisión. El dispositivo está conectado al televisor y utiliza la conexión inalámbrica a Internet del hogar. En realidad, algunos dispositivos ya ofrecen servicios similares, pero generalmente son caros y con poca libertad de movimiento para el usuario. Google no hace más que hacerlo todo barato y, sobre todo, de bolsillo.