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Golinelli celebra 97 años pensando en el futuro con el "Impredecible"

Con motivo de su cumpleaños, el empresario filántropo donó, además de los 85 millones de euros iniciales, otra parte importante de su patrimonio personal a la Fundación que creó y que lleva su nombre, inaugurando la exposición "Impredecibles: estar preparados para el futuro". sin saber cómo será” y el nuevo Centro de Artes y Ciencias Golinelli

El filántropo Marino Golinelli cumple 97 años y, para la ocasión, dicta su voluntad y dota a su Fundación de las ideas y recursos necesarios para afrontar lo "Impredecible", un futuro sin fronteras. El corte simbólico del pastel es una exposición del mismo nombre, abierta al público a partir del viernes, en Bolonia, en una nueva ala del Opificio en via Nanni Costa. “Estar preparados para el futuro sin saber cómo será” es el subtítulo del evento, concebido por Golinelli y confiado a Giovanni Carrada y Crisitiana Perrella. El gran anciano, más joven que muchos jóvenes, al presentar la iniciativa hace leer al presidente Andrea Zanotti un testamento moral y material. En primer lugar, recomienda a todos, pero especialmente a los jóvenes, tener un sueño y vivir por él, tratando de dar sentido a los porqués de la vida. Luego anuncia la noticia. 

“Ya he donado 85 millones de euros de mis recursos personales a la Fundación Golinelli –dice el filántropo– además He decidido legar otra parte importante y significativa de mi actual patrimonio personal, destinándolo a proyectos futuros, para los que no hay fecha de caducidad, mucho más allá de 2065". Siempre agradecida a la buena fortuna, a los amigos y a la familia, Golinelli subraya: "con este nuevo y definitivo legado, la Fundación deberá seguir trabajando incansablemente para colaborar activa y concretamente con las instituciones públicas y privadas, italianas e internacionales, que compartirán plenamente la visión, operando en los campos de la educación, la formación, la ciencia, la investigación y los negocios. Un legado para los sueños de los jóvenes, para alimentar una mirada optimista, confiada y proactiva hacia un mundo mejor, hacia un futuro impredecible pero posible, abrazándolo con responsabilidad y con una visión ética, democrática e inclusiva hacia todos”. No se dice a cuánto ascienden estos nuevos recursos, pero todo ya es mucho, ya está más allá. Chapeau! 

Los futuros cazadores del grupo Fundación Golinelli tendrán a su disposición una ciudad del conocimiento, las artes y las ciencias, cada vez más rica y que ya se está expandiendo en las últimas semanas. Las nuevas obras harán que se extienda sobre una superficie de 14 metros cuadrados, 10 de los cuales están cubiertos. Golinelli se erige como el progenitor de un puñado de conquistadores por un mundo mejor. Después de “Opus 2065”, un programa de más de diez años avalado por los Guardianes del Fideicomiso, cuyo nombre ya es un poco el de los caballeros de la mesa redonda, el generoso emprendedor lleva su destreza aún más lejos. Esta vez la aventura es el espacio, pero a estas alturas, quizás, no haya nada más actual que la ciencia ficción. 

Para ser concretos, junto con la exposición, el viernes también se abre el nuevo espacio de acogida de 700 metros, denominado “Centro de las artes y las ciencias”, firmado por el arquitecto Mario Cucinella. “De hecho –explica el propio Marino– es una Academia donde se pueden encontrar las artes, desde el diseño hasta la arquitectura, la música, el cine, la cultura y la ciencia. Un lugar de contaminación, donde los jóvenes puedan cultivar sus sueños”. La nueva inyección de inventiva y liquidez supone una revolución estructural para la Fundación. Las viejas divisiones se reúnen en nuevos capítulos, algunos de los cuales son inéditos. Un proyecto grandioso, que aúna educación, formación, cultura, arte, investigación y empresa, un lugar único en Europa, que pasará de 120 visitas al año a 200 en 2019.

Un regalo que este soñador de 97 años le hizo al Bolonia, a Italia y también a sí mismo. Así que empecemos el viernes desde "Impredecible", la última de siete exposiciones que, desde 2010, han investigado los temas contemporáneos fuertes de una manera innovadora. 

“Hasta los siglos XVIII y XIX –explica Carrada– los inventos e innovaciones eran vistos con recelo, porque socavaban el orden establecido. A partir del siglo XVIII, sin embargo, los británicos cambiaron de actitud y la sociedad se abrió a la innovación”. Hoy ese progreso es geométrico y casi todo lo que se piensa se logra también en un abrir y cerrar de ojos. Permanecer en el mercado, intuir el futuro, significa mantenerse al día con el tiempo que de repente corre más rápido. O al menos tratar de entender a dónde irá ese tiempo fugaz, para domarlo y dialogar con él. Los artistas son innovadores por definición, pero también llenos de espíritu crítico, ideas y belleza. Los científicos son capaces de traducir fantasías en posibilidades. Los emprendedores tienen el deseo y la audacia de transformar ideas en objetos. Los cazadores del futuro persiguen el tiempo, con la esperanza, al menos, de entablar amistad con él.. “La imprevisibilidad –explican los comisarios de la exposición– es un elemento positivo, porque significa que nuestras sociedades son abiertas y no esclavas de unos pocos grupos dominantes, capaces de subyugar al mundo circundante”. La exposición se divide en seis secciones, donde se entrelazan películas populares, instalaciones y obras. Estos son los títulos: “El futuro llega de todos modos”; “El futuro crea más de lo que destruye”; “El futuro no se puede predecir (afortunadamente)”; “El prejuicio contra las cosas nuevas”; “Hacer las paces con la naturaleza”; “Aquellos que no innovan corren el riesgo de perder también su pasado”.

Hoy la previa, que se cierra esta noche a las 19 h con la concierto del maestro Ezio Bosso, que dirige la ORQUESTA DE CÁMARA del STRADIVARIfestival y la performance Visual Design Art del artista callejero Rusty. A las 20 el corte de cinta. Entonces Marino Golinelli podrá apagar sus 97 velas si lo desea.

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