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Giro de Italia: Viviani rebajada, gana Gaviria

El primero italiano en la llegada a Orbetello fue relegado por una impropiedad – Clasificación sin cambios con Roglic siempre con el maillot rosa

Giro de Italia: Viviani rebajada, gana Gaviria

Hoy el Giro de Orbetello llegará a Frascati, la ciudad de las colinas romanas famosa por su vino que en 1955 acogió los campeonatos del mundo que otorgaron el maillot arcoíris al belga Stan Ockers, un grande de aquella época dorada del ciclismo que probó en aquel día de finales de agosto su mejor victoria sorprendiendo a los dos superfavoritos; Coppi y Bobet. También fue el último triunfo del belga antes de morir, golpeándose el cráneo en la pista de Amberes al año siguiente. 235 km de recorrido, para hacer un poco la etapa de hoy, sin verdaderas dificultades hasta las puertas de Frascati, son los últimos 2500 metros con desniveles en torno al 5% y picos de hasta el 7%.

Dos km y medio lo hacen improbable Elia Viviani consigue borrar la afrenta sufrida ayer en la meta de Orbetello en medio de las ráfagas de viento que barrían la Maremma. El italiano, punta de lanza por las victorias de etapa Deuceninck-Quick Step, había dominado un sprint al esprintar en los últimos 75 metros con la autoridad y potencia que durante un año, tras su despedida de Sky donde fue un incomprendido, le llevó a ser uno de los velocistas más fuertes de la actualidad, tanto que su equipo belga lo prefirió a un gran nombre como Fernando Gaviria. Y ayer fue el colombiano el que se desplazó al UAE Team Emirates para verse obligado a los últimos metros de carrera. Pero en la pelea final, cuando la adrenalina está en su apogeo, Viviani girando a la izquierda había tocado el pedal de Matteo Moschetti.

¿Contacto normal en el reto codo con codo buscando las mejores trayectorias o una impropiedad a castigar? El jurado del Giro, viendo cómo le va al Var en el fútbol, ​​no tuvo dudas y le quitó la victoria a Viviani -habría sido el quinto en el Giro tras los cuatro de la pasada edición-, asignándoselo a Gaviria con Dèmare y Ackerman completando el podio de la jornada. Más decepción y amargura que enfado para Viviani, más vergüenza que alegría para Gaviria, ya ganador de cuatro etapas en el Giro de 2017, quien con gran deportividad reconoció como exagerado el castigo de Viviani, considerándolo el justo ganador de la etapa.

Una etapa que de hecho vivió íntegramente en el sprint final con el colgajo amarillo que revolucionó el orden de llegada. Por lo demás, horas y horas al viento pedaleando todos en grupo, con miedo a caer por la fuerza de las rachas. Ellos especialmente pagaron el precio Pozzovivo, Carapaz y Hart – el joven capitán del Ineos (antes Sky) tras la baja de Bernal – los dos primeros llegaron a meta con 46” de retraso y los británicos con casi un minuto y medio. Jornada complicada para los comentaristas de TV con el grupo marchando unido sin iniciativas reseñables. Horas y horas muy soporíferas donde se hablaba de todo menos del Giro, desde la retirada de Moreno Moser que interrumpió la dinastía trentina que arrancaba con Aldo en los años 50 hasta la probable de Marcel Kittel, largamente fuera de escena -la culpa, se dice- , de la cerveza-, tras ser uno de los velocistas más fuertes del mundo hasta la vuelta al éxito de Peter Sagan en la primera etapa del Tour de California.

En un día como este pudo tener su momento de gloria y popularidad también sho hatsuyama, el último japonés que queda en la carrera tras la expulsión de su compatriota Hiroki Nishimura llegó fuera de tiempo en la contrarreloj de San Luca. Será recordado como el primer japonés en realizar una escapada en solitario en la historia del Giro. Una vez absorbido Sho, todos los grandes, desde Roglic – en su tercer día en rosa – un Nibali, De Yates a Dumoulin, solo intentaron no sufrir daño en una etapa que pasará a los anales rosa solo por el insulto sufrido por Viviani. nt 3;\lsdpri

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