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Giro: Carapaz triunfa, Nibali y Roglic en el podio

Fue una edición dominada por Movistar que aprovechó la rivalidad entre el esloveno y el Squalo para poner en órbita a Carapaz con la ayuda de Landa (4º en la clasificación) - La contrarreloj final de Verona la ganó el estadounidense Haga sobre el belga Campenaerts

Giro: Carapaz triunfa, Nibali y Roglic en el podio

Il giro El n.102 llegó a la contrarreloj final de Verona cansado de esperar la hazaña que no se produjo. Faltaba el solo como el del año pasado de Froome, que incluso alguien comparó con el legendario viaje de 1949 de Coppi de Cuneo a Pinerolo. Nibali, a pesar de haberlo intentado en varias etapas, nunca ha sido tan arrollador como en las dos últimas etapas de montaña del Giro 2016. Verona puede así celebrar Ricardo carapaz y su primera camiseta rosa ecuatoriana.

Carapaz se ha mostrado como el más continuo, el más sólido, por lo tanto el mejor de todos. Incluso los derrotados reconocieron esto. Pero a partir de hoy para el escalador de Movistar, una vez superadas las celebraciones por un éxito histórico, comenzará otra carrera ciertamente más importante pero también más difícil porque ya no podrá disfrutar de la desatención de los grandes nombres, como lo fue el caso culpablemente en este Giro con Roglic marcando a Nibali y viceversa, mientras que el ecuatoriano -que, además, ya había ganado la etapa de Frascati, la del choque que obligó a retirarse a Tom Dumoulin- avanzaba con las luces apagadas acumulando un tesoro de segundos que luego se convirtieron en minutos sustanciosos, entrando primero en la escapada con Zakarin y Yates hacia Lago Serrù y al día siguiente con la victoria en solitario en Courmayeur.

En ese momento se entendió que Carapaz, bien protegido y escoltado por Landa, se estaba convirtiendo en la verdadera amenaza para todos, un corredor cada vez más convencido de sus capacidades sobre todo cuesta arriba, envalentonado al ver a un Roglic reducido por la gran montaña y a un Nibali que , incluso si atacaba, nunca podría terminar el golpe. Pocas veces más la última semana del Giro se ha vivido en un ambiente de resignación general aunque los huecos no fueran abismales. Daba la impresión de que, habiendo cancelado el Gavia por el peligro de avalanchas, el Giro se suavizaba de repente aunque los Dolomitas seguían en el programa.

La Crono de Verona, en cuanto a ganar el Giro, fue un pura formalidad. Demasiado corto para preocupar a Carapaz, solo sirvió para Roglic recupera el podio superando a Landa, que tendrá que mejorar su rendimiento en esta especialidad si quiere intentar ganar una Gran Vuelta. El vasco, a pesar de esforzarse al máximo, finalizó 21º a 59" del sorprendente ganador, el estadounidense chad haga que le quitó la alegría de la victoria a Víctor Campenaerts, de nuevo segundo a las 4”. Para recuperar la tercera plaza de Roglic le bastó acabar décimo, a 23” de Haga.

En cualquier caso, el esloveno dijo estar satisfecho con su Giro pero a partir de San Marino no volvió a aparecer: una completa decepción. Ganador en San Luca y en el Titano, Roglic también fue precedido por 3” por Nibali, que se aseguraba así la segunda plaza al reducir la distancia de 1'54” a 1'05” respecto a Carapaz que finalizaba 36º a 1'12”. Es el sexto podio del Giro per lo Squalo, que sigue siendo el punto de referencia del ciclismo italiano en las principales carreras por etapas. La multitud lo vitoreaba por todas partes, pero no haber golpeado al trío en un Giro sin Froome y con Dumoulin pronto fuera del juego es una oportunidad perdida del Tiburón que seguramente se arrepentirá de haberle dado demasiado espacio de acción a Carapaz.

Cierra el Giro sin remordimientos pero con el maillot azul de líder de los escaladores, Julio Ciccone, soberano del escenario de Mortirolo. El maillot ciclamen de la clasificación acabó sobre los hombros del alemán pascal ackerman que precedió a los franceses Arnaud Demare. La camiseta blanca al mejor jugador joven se la llevó Miguel angel lopez, pero el colombiano de Astana había llegado al Giro con mayores ambiciones. Muchas veces tuvo mala suerte y al final se tuvo que conformar con la séptima plaza a 7'26” de Carapaz.

Detrás de él hay otra gran decepción del Giro, Simon Yates: el británico había salido de Bolonia con ganas de rematar el trabajo del año pasado cuando acabó 21º -culpa del aplastamiento que se había llevado en la etapa del Colle delle Finestre- tras dominar el Giro en las 17 primeras etapas. El octavo puesto este año no engaña, es un paso en falso para un Yates que nunca ha estado en el juego.

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