La primera etapa del Giro está toda bajo el signo de los tulipanes, que arrancó en Holanda con la minirreloj de Appeldoorn y que enseguida vistió de rosa a Tom Dumoulin, la mejor expresión del ciclismo en Holanda en la actualidad. Dumoulin era uno de los grandes favoritos para lucir el símbolo de la supremacía y lo acertó, pero por un pelo igual a una centésima de segundo sobre Primoz Roglic, un casi desconocido esloveno que conquistó ayer el primer rayo de la fama al dar un trompo en el 9,8 km de recorrido a más de 53,213 km/h, prácticamente a la par de Dumoulin, el auténtico especialista en carreras contrarreloj. El primero en celebrar a Dumoulin fue nada menos que Willem-Alexander Claus George Ferdinand van Oranje-Nassau, es decir, el rey de Holanda, que lo siguió en el buque insignia de Giant durante su actuación. Fuera del podio, solo octavo a 14” de Dumoulin, Fabian Cancellara, el otro gran favorito de la víspera, estuvo en todo caso grande, como siempre, entrando en la contienda y desafiando la fiebre que le atacó justo en la víspera del Giro. Para el campeón suizo, en su última temporada de carreras, el sueño de vestir el maillot rosa, al menos por un día, se desvanece después de haber coleccionado tantos maillots amarillos. El costarricense Andrey Amador quedó tercero en el podio, mientras que el sueco Tobias Ludvigsson, compañero de equipo de Dumoulin, fue cuarto. Quinto, en plena forma, vuelve Marcel Kittel, esperado hoy como uno de los probables ganadores de la segunda etapa, todavía en Holanda, 190 km completamente llanos pero con vientos desconocidos. Por detrás del alemán en la contrarreloj se encontraba el primero de los italianos, Moreno Moser, sexto a 12” del vencedor.
Dicho de etapa, en cuanto a la clasificación -siempre que Dumoulin no resulte haber mejorado ni siquiera cuesta arriba- fue Vincenzo Nibali quien ganó preciosos segundos, finalizando 16º a 19" del holandés, distanciado por 5" de Alejandro Valverde y Mikel Landa. por 21”, los dos corredores más populares como sus rivales por la victoria final. El Giro es largo pero el Tiburón ya ha dado una señal importante.