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Tour: etapa interrumpida pero Iseran cede el maillot amarillo a Bernal

Una granizada bloquea las carreteras en Val d'Isère - El colombiano se escapa de todos en el Iseran donde se marcan los tiempos: no hay ganador pero la nueva clasificación ve a Alaphilippe ahora segundo a 48" del nuevo líder - Hoy llego a Val Thorens pero una fracción reducida con la eliminación del Cormet de Roselend

Tour: etapa interrumpida pero Iseran cede el maillot amarillo a Bernal

En Italia, julio de 1985 es recordado por el nombramiento de Francesco Cossiga como presidente de la República, por la tragedia del Val di Stava y por el golpe sordo de la lira –el mismo día del terrible derrumbe del 19 del mes– con el dólar salpicando la altitud 2200. En Francia, nadie recordaría julio de ese año si no se hubiera visto obligado a retroceder un largo camino para encontrar al último francés en ganar el Tour.Después de 34 años, nunca antes los habitantes de Exagone soñaba con poder actualizar la imagen triunfal de Bernard Hinault de amarillo en los Campos Elíseos con la igualmente victoriosa de un corredor de casa, con Julian Alaphilippe de amarillo a 48 horas de la pasarela final de París o con Thibaut Pinot, que había demostrado ser el escalador más fuerte de los Pirineos y que todos eran los favoritos para las etapas alpinas.

Las esperanzas se desvanecieron ayer en pocas horas, primero con la dramática retirada de Pinot, luego con la rendición de Alaphilippe en una etapa interrumpida por un ciclón de granizo, con las vías invadidas por olas de lodo. Apenas habían recorrido 36 km de etapa cuando Pinot pisó el suelo destrozado por los dolores de una lesión muscular que ya le había afectado el jueves en el Galibier y que ayer prácticamente le impidió pedalear. Una despedida del Tour, el cuarto en su carrera de este frágil y desventurado campeón de pedales, entre lágrimas y desesperación mientras asomaba en el horizonte el Iseran con sus 2770 metros, el gigante de los Alpes que allí lo esperaba para otro grande. explotar. 

Pinot, que era quinto en la clasificación, abandonó la escena, logró la hazaña en las curvas cerradas que conducen a la cima más alta del Tour. Egan Bernal, el colombiano de 22 años, que se largó haciendo gala de toda su clase de escalador, una mezcla de agilidad y potencia, más la aptitud natural para las grandes alturas, habiendo nacido en la ciudad andina de Zipaquirá a más de 2600 metros sobre el nivel del mar.

Esta vez, no sabemos si es por juego colectivo o por falta de piernas, Geraint Thomas le dio luz verde a su compañero, que uno a uno fue primero a descolgar y luego también a desconectar Nibali y Uran se dio a la fuga con otra veintena de corredores entre los que se encontraba Simon Yates, el único que intentó resistir más tiempo la acción del desatado colombiano. Para Alaphilippe, que había seguido el ritmo de los mejores hasta los 6 km de la cumbre, el Iseran resultó fatal: el maillot amarillo se defendió con los dientes pero al pasar el Gpm acusó un retraso de más de dos minutos de Bernal, que de hecho, también gracias al bono de 8”, era en realidad el nuevo maillot amarillo virtual. Alaphilippe contaba con recuperarse en el descenso pero Bernal, acompañado por Yates, mantuvo una ventaja tranquilizadora con la perspectiva de aumentarla en la última subida a Tignes. Pero el Tour nunca llegó a Tignes porque una excepcional granizada en el valle de Isére estaba haciendo intransitables los caminos sobre los que se derrumbaba incluso un mar de lodo de las sierras.

La organización decidió neutralizar la etapa que sigue sin ganador, pero que cuenta (¡y cómo cuenta!) para la clasificación porque los tiempos y los huecos marcados en la cima del Iseran lo dan fe. Dejar esto claro a los corredores y detenerlos a 80 km/h en el descenso de Iseran no fue fácil. Bernal sintió una instintiva sensación de frustración como si los franceses hubieran orquestado un complot para boicotear su actuación que lo estaba llevando a lo más alto de las listas de éxitos.

Detrás del escuadrón de Thomas también estaba Nibali, quien estaba ocupado haciéndole entender a Uran que bajar la cabeza para perseguir a Bernal ahora era completamente insensato. El humor de Bernal cambió por completo cuando le informaron que era el nuevo maillot amarillo y que lo esperaban en el podio de Tignes para el ritual de vestirse. Es el tercer colombiano en portar el símbolo de la primacía pero lo más probable es que sea el primer colombiano en portarlo en París.

Bernal se reinicia hoy desde Albertville con 48" de ventaja sobre Alaphilippe que deja el maillot amarillo puesto durante 14 días en una etapa interrumpida, que lo vio sucumbir en el Iseran pero que deja a uno preguntándose qué hubiera pasado si hubiera llegado a Tignes: en el cuesta abajo el francés podría haber reducido si no acortado distancias con Bernal, pero en la última subida también podría haber perdido el podio en beneficio de Thomas que ahora es tercero a 1'16" seguido de Krujiswick a 1'28" y por Buchmann en 1'55”.

Bernal está a un paso del éxito histórico pero con cinco corredores encerrados en menos de dos minutos será la etapa de hoy con la llegada a más de 2300 metros en Val Thorens la que decidirá el podio definitivo de este precioso Tour, luchado hasta el último en la montaña, aunque el violento ciclón que azotó los Alpes, con granizadas y derrumbes, tras interrumpir la etapa de ayer, lo que obligó a los organizadores a acortar también la etapa de hoy suprimiendo la temida subida al Cormet du Roselend. ¿Una ventaja para Alaphilippe que incluso podría arriesgarse a abandonar el podio? Para el francés y para el propio Macron, que tanto esperaba de Pinot y Alaphilippe, ayer fue realmente un día para olvidar: el sueño del maillot amarillo se esfumó, solo queda la pesadilla del chaleco de ese color.

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