El Tourmalet, el majestuoso gigante de los Pirineos, tras tantos años de dominio británico en el Tour, exalta el ciclismo francés con un binomio sensacional: gana Pinot y en el tramo final, el más difícil, se muestra como el escalador más fuerte del lote mientras confirma su asombroso momento de Julian Alaphilippe. El maillot amarillo no sólo aguanta las ruedas del mejor pelotón en la interminable subida a más de 2 metros del cerro pirenaico, sino que consigue encontrar la energía suficiente para desencadenar su sprint mortal, finalizando segundo a 6” de Pinot. Una acción que afianza su liderato ante sus más inmediatos rivales, en especial Geraint Thomas, que sufre el zarpazo final finalizando octavo a 36” de Pinot. Cuatro años después de su primera victoria en el Tour en el Alpe d'Huez, Pinot en otra colina legendaria recupera la victoria en el Tour y la moral que el viento y la afición de Albi habían deprimido y alejado del top ten.
Le bastó la etapa más apasionante de los Pirineos para relanzarse y remontar con autoridad en el juego la victoria final, si Alaphilippe se lo permitía. Porque esta suerte de mosquetero, un D'Artagnan a los pedales, hasta ahora parece invencible: fuerte y explosivo en las finales llenas de baches, vencedor contra viento y marea en la contrarreloj de Pau, nunca muestra debilidad ni siquiera en las rampas más duras de la Tourmalet, el maillot amarillo ha convencido ahora incluso a los corredores de apuestas, hasta ayer escépticos sobre sus posibilidades de éxito, para calificarlo como el número favorito de este Tour (dado en 2) desbancando, tras el decepcionante examen del Tourmalet, a Geraint Thomas que cayó a favor a 7,5 .
Una de las etapas más esperadas, la del Tourmalet decretó dos ganadores absolutos que son Pinot y Alaphilippe pero también dos confirmaciones positivas que responden a los nombres de Krujiswick y Buchmann que terminaron cerca de los dos salvajes franceses. El resto son muchos perdedores, que a su vez se reparten entre los que siguen en el juego y los que lo dejan definitivamente.
La acción de Pinot perjudicó sobre todo a Geraint Thomas que mostró las primeras grietas de su Tour en las duras cuestas de los últimos km, no logrando seguir la aceleración del francés de Groupama-Fdj y luego perdiendo las ruedas no solo de Alaphilippe sino también de Krujiwjick, Buchmann, Landa, Urán y Bernal. Mal día para Mister G que se encuentra a 2'02” del maillot amarillo de Alaphilippe y mantiene la segunda plaza de la general.
Mejor que su colíder galés fue Bernal que finalizó cuarto a 8” de Pinot, recuperando así 28” al propio Thomas, cuya derrota quizás frenó la acción del colombiano que se esperaba entre los grandes favoritos del Tourmalet. Cuarto en la clasificación a 3 minutos del maillot amarillo, Bernal recuperó puntos ante el Ineos que, a un kilómetro de la cima del Tourmalet, parecía orientado a apostarlo todo por Thomas.
Incluso Landa, sexto a 14" de Pinot, ganaba algo a Thomas pero la serie de oportunidades perdidas para conseguir el primer éxito de su carrera en el Tour se alarga para el Movistar vasco. Como cada vez que hay una etapa de montaña el Movistar da la impresión de preparando la hazaña también gracias al gran trabajo de Valverde con el maillot arcoíris, pero luego recoge migajas con Landa que nunca llega a concretar un ataque y con Quintana que hasta a media ascensión se da por vencida despidiéndose de los sueños de gloria el día que Colombia celebra su fiesta nacional. Poco o nada queda del grimpeur que fue bautizado como el Cóndor de los Andes. Cruza la meta con un retraso de 3'24” que le hace caer del top ten en el que se resiste el “viejo” Valverde, noveno a 5'27” por detrás del maillot amarillo.
Terminan mejor que Quintana pero igual de derrotados, ahora apartados de la lucha por el podio Richie Porte (14º a 2'08") y Eric Mas (16º a 2'54"), que también pierde el maillot blanco de mejor joven que regresa a hombros de Bernal. Otra víctima ilustre del Tourmalet fue Adam Yates que se estrelló y poco pudo consolarle su gemelo Simon que también estaba en el anzuelo. Adam terminó 25° a 6'24” cayendo al puesto 18° a 10'37” de Alaphilippe. Simon no pudo seguir el ritmo de su gemelo y terminó en 16'31”. Aún mejor que otro grande (o presunto grande) Romain Bardet, que ya se desplomó en el Soulor, acusó un retraso de más de 20 minutos en meta. Es el único francés que llora en una jornada triunfal por el pedal transalpino que, además de Pinot y Alaphilippe, también colocó al campeón nacional Warren Barguil entre los diez primeros del Tourmalet y destacó las cualidades del veinteañero David Gaudu, ganador del Tour del futuro de 2016, que durante largos tramos de la ascensión estuvo junto a Pinot para preparar el ataque decisivo.
En el grupo de Bardet también estuvo Nibali que, a diferencia de otros días, se lanzó el sábado al ataque sobre Soulor junto a Wim Wellens que le precedió en el Gpm (anotando preciosos puntos en defensa del maillot blanco de lunares rojos). Pero una vez alcanzado en el descenso posterior, el Tiburón volvió al de este Tour, en total anonimato. Con él también estuvo Ciccone, que tras el doble choque perdió la confianza y el atrevimiento de los días en que vestía el maillot amarillo y luego el blanco. Pero para su primer Tour ya son muchas cosas. El único italiano entre los veinte primeros de la clasificación es Fabio Aru, que está haciendo un Tour decente si tenemos en cuenta que ha vuelto a subirse a la moto apenas un mes después de una complicada operación en la arteria ilíaca. El sardo, 17º del Tourmalet a 3'33” de Pinot, es actualmente 20º de la general a 11'19” de Alaphilippe.