La economía japonesa se aceleró en el segundo trimestre de 2017 con un crecimiento cíclico del 1% y 4% anualizado (el más alto desde 2006) impulsada por el consumo privado que aumentó un 0,9%. Los gastos corporativos, anunció la Oficina del Gabinete, aumentaron por octavo trimestre consecutivo con un +2,4 %, mientras que las inversiones públicas aumentaron un +5,1 % tras el paquete de estímulo económico solicitado por el gobierno. Las exportaciones caen por primera vez en el 4º trimestre un 0,5%, mientras que las importaciones crecen un 1,4%.
El crecimiento trimestral de Japón de abril a junio del 1 %, luego de la revisión al alza de enero a marzo al 0,4 % (desde el +0,3 %), superó las expectativas de los analistas en un +0,6 % y representa el mayor aumento desde el primer trimestre de 2015. Sobre una base anualizada , +4%, tras el 1,5% recalculado al alza (desde +1%) en los tres primeros meses de 2017, supera las estimaciones en +2,5%. Los datos subrayan la importancia del peso del consumo interno en la formación del PIB: la demanda interna aumentó un 1,3% y compensó con creces la ralentización de la demanda asiática.
El consumo privado, que representa cerca del 60% del producto interno bruto, aumentó un 0,9%, extendiendo el crecimiento a seis trimestres consecutivos, gracias a la compra de bienes duraderos como automóviles y acondicionadores de aire. Las inversiones residenciales privadas se sitúan en un +1,5%, mientras que las inversiones no residenciales en un +2,4%. La demanda pública, que es otro componente de la demanda interna, aumentó un 1,3%. En la actualización de julio del World Economic Outlook, debido a la recuperación de la economía mundial, el Fondo Monetario Internacional revisó ligeramente al alza sus previsiones de PIB de Japón en 2017 hasta el 1,3% (+0,1%) y confirmó el +0,6% de 2018.
