8,5 millones de metros cúbicos de gas, primero almacenados y luego inyectados en la red, son tentadores. Son un buen negocio y todos concentrados en la terminal de regasificación de Rovigo. Dos empresas expertas en infraestructuras energéticas, Vitti e Ikav, han unido fuerzas para adquirir la mayoría de Adriatic Lng (LNG Terminal), propietario de la planta. El coste de la operación se estima en 800 millones de euros y debería estar finalizada antes del verano.
La noticia es de gran importancia por las funciones que tienen los regasificadores en esta fase de diversificación del suministro. Italia ha estado dividida durante mucho tiempo sobre si construir o no nuevas. Al igual que en temas estratégicos el país ha demostrado límites inconcebibles. ¿A cuántos expertos en energía y paisaje hemos aguantado sin siquiera hacer autocrítica? La invasión de un Estado soberano por parte de nuestro principal proveedor los ha silenciado.
Todavía se necesita gasolina
Dejan el control de la terminal de Rovigo ExxonMobil (70,7%) y QatarEnergy (22%). Snam posee el 7%, pero no hay información precisa sobre la posible venta de la participación. Lo importante es el continuar de la regasificación como actividad a medio-largo plazo. Una buena inversión porque evidentemente el consorcio Vitti-Ikav ha estudiado en profundidad la configuración actual del sistema italiano.
Los 8,5 millones de gas almacenados frente a las costas de Rovigo son la 14,5% del consumo nacional. Upstream hay contratos de suministro para los millones de metros cúbicos que necesitamos. De hecho, nuestra seguridad energética, para bien o para mal, está ligada a estas estructuras, a los gasoductos de los que algún día podremos prescindir. Tal vez.