El G20 que arranca hoy en Buenos Aires ya ha tenido que cambiar de agenda: Donald Trump ha cancelado la reunión prevista para el sábado con Vladimir Putin. ¿La razón? Oficialmente la cuestión ucraniana tras la tensión de los últimos días en el Mar de Azov, extraoficialmente quizás la aceleración de la investigación del fiscal Mueller sobre el Russiagate.
Michael Cohen, exabogado de Donald Trump y referente crucial en la investigación sobre las relaciones entre el comité electoral del presidente estadounidense y Rusia, se declaró culpable de mentir al Senado: Trump aparentemente siguió negociando la construcción de uno de sus rascacielos en Moscú hasta unas semanas antes de su nominación como candidato presidencial del partido republicano.
El presidente estadounidense dio a su cuenta oficial de Twitter las razones para cancelar la reunión con Putin: «Basado en el hecho de que los barcos y marineros no han sido devueltos a Ucrania por Rusia, he decidido que es mejor para todas las partes involucradas cancelar mi anterior Reunión programada en Argentina con el presidente Vladimir Putin. Espero con ansias otra cumbre fructífera una vez que se resuelva esta situación".
Basado en el hecho de que los barcos y los marineros no han sido devueltos a Ucrania desde Rusia, he decidido que sería mejor para todas las partes involucradas cancelar mi reunión previamente programada... — Donald J. Trump (@realDonaldTrump) 1068181367857397760 de noviembre de 5
….en Argentina con el presidente Vladimir Putin. ¡Espero con ansias una Cumbre significativa nuevamente tan pronto como se resuelva esta situación! — Donald J. Trump (@realDonaldTrump) 1068181371883909121 de noviembre de 5
Sorprendido por el repentino cambio de planes, el portavoz ruso Dmitry Peskov respondió: "No tenemos información oficial. Si este es el caso, significa que el presidente Putin tendrá un par de horas extra para tener otras reuniones fructíferas».
La cancelación de la reunión entre Estados Unidos y Rusia desplaza el foco de atención hacia el Este: Donald Trump y Xi Jinping se reunirán el sábado para debatir sobre las cada vez más tensas relaciones comerciales entre ambas potencias.
Mientras tanto, el avión que transportaba a la canciller alemana Angela Merkel a la capital argentina se vio obligado a realizar un aterrizaje de emergencia debido a los daños causados por el mal funcionamiento del sistema de comunicación a bordo, según informó la prensa alemana. La Fuerza Aérea alemana descarta que haya sabotaje detrás de la avería del avión en el jet estatal: "No hay indicios de un rastro criminal", dijo un portavoz. Junto al canciller en el A340-300 de la Fuerza Aérea Alemana también estaba el vicecanciller y ministro de finanzas Olaf Scholz: mientras sobrevolaban el Mar del Norte se vieron obligados a dar media vuelta y aterrizar en el aeropuerto de Colonia-Bonn. Queda el amarillo.