Es noticia en las últimas horas que Ducati, el fabricante boloñés de motocicletas, símbolo de la excelencia italiana, podría ser vendido por el grupo Volkswagen. Habría tres pretendientes: la estadounidense Harley Davidson, la casa austriaca Ktm (que forma parte del grupo indio Bajaj), y la canadiense Brp, líder en el ámbito náutico.
Todavía no hay cifras oficiales, pero se conocerá algo más concreto tras la presentación de las ofertas vinculantes, prevista para el lunes 24 de julio. Sin embargo, el precio de adquisición debería rondar los 1,5 millones de dólares. De confirmarse la cifra, Volkswagen obtendría grandes beneficios.
De hecho, el grupo alemán adquirió Ducati por 860 millones de euros hace ocho años, cuando los ingresos de Borgo Panigale ascendían a 480 millones de euros. Hoy, las ventas se han disparado. 731 millones, con un Ebit de 51 millones de euros.
El futuro de Ducati obviamente depende de quién gane esta carrera a tres bandas. Si Harley Davidson lo gana, el matrimonio crearía un grupo con una facturación de más de 2,5 millones, con una línea de productos complementarios que ya es muy fuerte en los Estados Unidos, el principal mercado de motocicletas vendidas por Ducati. De hecho, la empresa con sede en Milwaukee ha declarado su intención de considerar posibles adquisiciones con el objetivo de variar su público objetivo. Harley Davidson también podría ayudar a Ducati a implementar el campo de la ropa.
El futuro sería muy interesante incluso si la asociación fuera con Ktm, una empresa que cotiza en la bolsa de valores suiza. La facturación total superaría los 2 millones de euros. Sin embargo, un límite lo representa la oferta comercial de las dos casas, que muy a menudo se superpone. Especialmente para productos de gama alta, Ducati y Ktm ofrecen motocicletas sustancialmente alternativas, y esto requeriría, en caso de adquisición, una política comercial cuidadosa.
El último escenario a describir es el relativo a la posible adquisición de Ducati por parte de Bombardier Recreational Products (Brp). Estamos hablando de un verdadero gigante activo en la producción de diferentes tipos de vehículos. La empresa canadiense tiene una facturación anual de 4,2 millones de dólares y está presente en más de 100 mercados. Propietaria de la marca de motocicletas Can-Am, especializada en todoterreno de tres o cuatro ruedas, está sin embargo ausente en el sector de las dos ruedas. Así, la adquisición de Ducati ampliaría la gama de productos ofrecidos a niveles máximos.