En las regiones del sur, el empleo en la mediana y gran industria es sólo de 110 unidades, más o menos igual al existente en una provincia como la de Brescia, que sin embargo tiene menos de un millón de habitantes, mientras que el sur de Italia tiene más de 25 millones La fotografía de la situación de la industria en el Sur que recoge el primer informe elaborado por la Fundación Ugo La Malfa, con la ayuda de la oficina de estudios de Mediobanca, es verdaderamente despiadada. "Estamos en presencia - dijo Giorgio La Malfa al presentar las líneas fundamentales del Informe - en una situación de verdadera desertificación industrial en el Sur que se ha visto afectada a largo plazo por el enfoque dado a la política de desarrollo de las regiones del Sur que se basaba sobre todo en las grandes empresas y, en particular, en las participaciones estatales. Sin embargo, estos grandes grupos no han podido o no han querido crear una industria conexa suficientemente robusta, capaz, es decir, de operar en mercados abiertos una vez que la gran industria ha entrado en crisis, como en el resto del país. Por lo tanto la mediana empresa, esa que llamamos del cuarto capitalismo, que en el resto del país ha logrado reemplazar a la gran empresa en los mercados internacionales y por ende sustentar el empleo industrial, no ha sido lo suficientemente fuerte en el Sur para reemplazar a la pérdida de empleo de las grandes empresas".
El estudio de la Fundación La Malfa -presentado en Diputados en presencia del Jefe de Estado- examina tanto la situación de las grandes como de las medianas empresas. Según el análisis de Mediobanca, el primer grupo incluye 2000 empresas en Italia. De estos, solo 106 tienen su sede en el Sur y emplean alrededor de 70 empleados. Hay 341 medianas empresas en el Sur, es decir el 8,5% del total nacional, y emplean a poco más de 40 empleados. Ambos grupos de empresas sufrieron más que las del Norte la crisis de 2008 y lucharon más para volver a los niveles previos a la crisis, sobre todo por el menor impulso exportador que caracteriza a las empresas del Sur.
En conjunto, como se puede observar en los dos cuadros que hemos publicado, las empresas del Sur registran un menor valor añadido por empleado que las del centro-norte, parcialmente compensado por menores costes laborales pero con una rentabilidad que es la mitad de la negocios del norte. Y también desde el punto de vista de la coyuntura económica, se desprende que las empresas del Sur han sufrido más con la crisis y la recuperación de 2010, aunque importante, no ha cerrado la brecha con las del Norte. Es claro que con estos índices de rentabilidad no hay interés por parte de los empresarios de invertir en el Sur y la política de incentivos implementada hasta ahora no ha subsanado esta desventaja. Es hora de preguntarnos qué puede cambiar la situación a partir de la observación objetiva de que solo las regiones del sur todavía ofrecen áreas disponibles para asentamientos industriales (el resto de Italia ahora está saturado en gran medida) y también una mano de obra escolarizada disponible para trabajar en empresas industriales. En fin, hay espacios de crecimiento para el Sur, y que saturar esas posibilidades sería una ventaja para todo el país.
Giorgio La Malfa no proporcionó una receta prefabricada, pero formuló algunas preguntas fundamentales que deben responderse para ofrecer condiciones favorables para el desarrollo de las medianas empresas, que es hoy el sector más fuerte de la industria italiana, evitando al mismo tiempo un exceso de dirigismo e injerencia política que hasta ahora ha frenado más que facilitado el desarrollo de las actividades industriales.
“En primer lugar, debemos preguntarnos – dijo La Malfa – qué infraestructuras son más útiles para el desarrollo de las medianas empresas, ya sean físicas o intangibles. Como no tenemos recursos para todo, debemos priorizarnos. En segundo lugar, necesitamos pensar en formas de mejorar las condiciones ambientales tanto desde el punto de vista burocrático como, sobre todo, desde el punto de vista del orden público y la seguridad empresarial. La tercera pregunta se refiere a los estímulos que puede ofrecer la política económica para facilitar la creación y el crecimiento de las medianas empresas. Tal vez sea posible actuar sobre la demanda del público, por ejemplo, para algunas grandes inversiones se pueden organizar consorcios de entidades para hacer proyectos más grandes y duraderos para dar a las empresas ciertas perspectivas sobre la base de las cuales hacer inversiones. Pero organizar solo la demanda pública es difícil y no es suficiente en ningún caso. La cuarta pregunta se refiere a las formas más adecuadas de fomentar el crecimiento de las pequeñas empresas y/o el surgimiento de las sumergidas. Finalmente, debemos preguntarnos si podría ser útil la creación de una agencia pública capaz de brindar servicios útiles para el nacimiento y desarrollo de medianas empresas”.
Hasta el momento no se han proporcionado respuestas a estas preguntas. En la presentación del informe estuvo presente el nuevo Ministro de Cohesión Territorial Fabrizio Barca quien pareció compartir muchas de las observaciones de La Malfa. Dependerá de él proporcionar rápidamente respuestas adecuadas para finalmente explotar los muchos recursos no utilizados de las regiones del sur.