El pánico desatado por el reciente desplome de la Bolsa de Shanghái demuestra que en los mercados "cualquier sorpresa negativa se enfatiza, toca los nervios demasiado expuestos, basta con tocarlos para provocar reacciones precipitadas". Así lo afirmó Alessandro Fugnoli, estratega de Kairos Partner, en una entrevista con Il Resto del Carlino.
“La Bolsa de Valores no tiene vínculos con la economía china – continúa Fugnoli – ha sido utilizada por el gobierno en ciertos momentos para dar confianza, en otros para estimular la riqueza individual. Esta caída de los índices es muy similar a la de agosto: con nuevas reglas introducidas en el camino, fruto de la voluntad política de no precipitar las cosas, que sin embargo son interpretadas por los mercados en un sentido negativo. Al gobierno de Beijing le gustaría mantener las pérdidas en términos razonables o racionales.
Fugnoli recuerda que la Bolsa de Valores de China "no solo ha atraído a 120 millones de pequeños ahorradores: también hay fondos de cobertura, especuladores agresivos que querían probar el límite a la baja, el freno automático, desencadenando reacciones en cadena de colapsos, titulares de periódicos, del planeta alarma, generando efectos boomerang. Las medidas adoptadas para reducir las ventas en realidad las han incrementado", pero "el síndrome que afecta a los mercados" no tiene base en la economía real: "Lo alimentan los que aviva el fuego, los que especulan con las rebajas, sin poder especular con los aumentos”, concluye Fugnoli.
