Los héroes están cansados, quedan casi 3500 km en sus piernas, pero en la etapa de puertos míticos como el Aspin, el Tourmalet y el Aubisque encienden los últimos fuegos de batalla en un Tour que Geraint Thomas ha demostrado que se merece con vuelo colores mientras que Froome incluso se ve superado en el podio por Roglic.
La etapa de ayer de Lourdes a Laruns de Lourdes a Laruns no fue una etapa fácil para el maillot amarillo con casi 5 metros de desnivel a superar: si en el Aspin en la fuga los corredores hubieran llegado lejos en la clasificación con el habitual Julian Alaphilippe al frente camino de guardar en la caja fuerte su maillot de lunares rojos de líder de los escaladores, en el Tourmalet se había formado un grupo de pisadores entre los que se encontraban Romain Bardet y Mikal Landa.
En la bajada del famoso collado, el que el Tour ha escalado 84 veces más que los demás, la fuga había alcanzado y superado los tres minutos sobre el grupo de los mejores encabezado por los hombres del Team Sky para proteger a Thomas y Froome.
Landa, que este año volvió a correr un Tour sin tener claro qué hacer, ya sea capitán o segundo después de Quintana, se encontró en ese momento prácticamente en el segundo lugar en la clasificación aproximadamente un minuto y medio por detrás del maillot amarillo. Landa es uno de los grimpeurs más fuertes que existen y todavía quedaba el Col des Bordères por escalar y el Aubisque en el lado de Soulor.
Con el español hay otro compañero de Movistar, Soler para echarle una mano. En el buque insignia de Team Sky no hay preocupación, pero Thomas y compañía advierten que es hora de empezar a reducir la brecha. Lotto-Jumbo le echa una mano en esto, ya que sale a toda velocidad con Gesink en las primeras rampas del Col des Bordères, preludio de un ataque de Kruijswijck o Roglic sobre el Soulor.
Una vez agotado el empuje de Gesink, es Kruijswijck quien toma la iniciativa, el holandés conocido como la "muleta" que habría estado a punto de ganar el Giro de 2016 si no se hubiera caído en la barrera de hielo en la bajada Col dell'Agnello. Krujiswijck, por su parte, da pie a un ataque de Roglic, el esloveno que desde entonces momento toma el relevo de Landa y Bardet como protagonista de la jornada.
La acción del ex saltador de esquí, que llegó tarde al ciclismo pero aún a tiempo de dejar su huella, hace víctimas ilustres: en la rampa de Soulor Quintana también se estropea, que tras un día de Cóndor en el Col de Portet cierra sus alas y vamos Pero también sufre Froome que no puede quedarse con las ruedas de Roglic e Dumoulin y Thomas también lo separan y están listos para recuperar al esloveno. Thomas por primera vez en este Tour ataca sin acompañantes el último tramo de la subida del Aubisque pero se las arregla muy bien, como maestro del Tour que ve cada vez más cerca el triunfo en los Campos Elíseos. Da igual que en la bajada, técnica y más peligrosa por la niebla que envuelve algunas curvas, Roglic todavía consigue volar arriesgándose la vida como acostumbraba cada vez que se lanzaba con unos esquís desde un trampolín al vacío. .
Solo Roglic gana su segunda etapa en el Tour tras la de Serre Chevalier el año pasado, pero Thomas está inmediatamente detrás segundo a 19" del esloveno, recogiendo 6" de bonificación y precediendo a Bardet, Daniel Martin, Dumoulin, Majka, Landa y también a Froome que , ayudado por Bernal, logró remontar al mejor pero no a Roglic que gracias a los segundos de 29" entre ventaja y bonificación, superó al "histórico" capitán del Team Sky, desplazándolo del podio. Quintana llega con más de 7 minutos de retraso, pasando del quinto al octavo puesto de la clasificación que ve cada vez más líder a Thomas que amplía la ventaja sobre Dumoulin segundo a 2'05”, abordado por Roglic, tercero a sólo 19” del holandés. Cuarto es Froome a 2'37", quinto Kruijswijck a 4'37", sexto Landa a 4'40", séptimo Bardet a 5'15", octavo Martin a 6'392, noveno Quintana a 10'262, décimo Ilnur Zakarin en 11'492.
Más que por la primacía ahora en manos de Thomas, la contrarreloj de hoy de 31 km será decisiva para la definición del podio con Dumoulin y Roglic que tendrán que defenderse de un resurgimiento del orgullo de Froome.
Muy lejos de los líderes, pero también héroe de la última carrera pirenaica, Peter Sagan sufriendo durante 200 km como nunca había sufrido en diez años como corredor, maltrecho por sus lesiones tras la caída en el descenso del Col de Val Louron-Azet, consiguió cerrar la etapa en el puesto 143, a más de 38 minutos del líder, pero dentro del tiempo máximo. Su sexta camiseta verde está a salvo.