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Fue la mano de Dios: Sorrentino habla de Nápoles, Maradona y de sí mismo

La última película de Paolo Sorrentino llega a los cines y, a partir del 15 de diciembre, a Netflix: familia, recuerdos, Maradona se entrelazan en la película nominada al Oscar. Hermoso, pero tal vez podría haber sido más atrevido.

Fue la mano de Dios: Sorrentino habla de Nápoles, Maradona y de sí mismo

Un vistazo autobiográfico de Paolo Sorrentino en su Nápoles de los años 80, en la época del mito de Maradona. Esta es la historia que cuenta el director napolitano en su último trabajo "Fue la mano de diosque alude a dos momentos importantes de su juventud enlazados: el destino que lo salvó de la tragedia que golpeó a sus dos padres y la pasión por el gran futbolista argentino que también hizo historia por aquel gol ante Inglaterra en el Mundial de Fútbol de 1986.

Sorrentino es sin duda uno de los mejores directores italianos que existen y él también pertenece a ese grupo de aquellos que tienen una mano y un ojo educados con la cámara. La película comienza con un larguísimo plano secuencia que desde arriba muestra una panorámica de Nápoles vista desde el mar y con estas imágenes nos pone inmediatamente su "sello de seña", como ya ha sucedido en parte con la premiada La grande bellezza y las imaginativas vistas de Roma. A partir de ese momento, los hilos principales de su historia se revelan con tres grandes homenajes: a su familia, a su ciudad y al cine. Sus padres, amigos de la familia, parientes y conocidos son una reserva fenomenal de la humanidad multifacético y multifacético que es sólo aparentemente "napolitano" por cómo le gustaría ser representado tal vez de una manera excesivamente caricaturesca, amanerada, con una pizca de De Filippo y otra de Totò, mientras sustancialmente universal, o mejor dicho, todo italiano con su vicios y virtudes, con sus comedias y tragedias. 

La historia se centra en los años de la adolescencia de Fabietto (nombre del joven protagonista) en el antes y después que precede y sigue a la tragedia que azota a sus padres. En estos dos momentos leemos su futuro en el mundo del cine que no puede ser en Nápoles sino en Roma donde irá a intentar "contar una historia" como le cuenta el personaje/director Capuano en una de las escenas finales quizás la más intenso y sugerente. 

Del álbum de fotos familiar, donde aparecen los personajes fundamentales de su historia (representados en escena por un excelente elenco que incluye a los siempre presentes Toni Servillo, Todavia preciosa Luisa Ranieri y el buen novato filipo scotti) pasamos rápidamente al segundo nivel: la ciudad en las laderas del Vesubio en pleno frenesí de fútbol, a la espera de la llegada del campeón argentino. Es una ciudad acomodada, culta, rica y preciosa, supersticiosa y traviesa, aristocrática y burguesa en cuanto se pinta con un trazo romántico pintada con la figura del contrabandista de cigarrillos que sueña con una lancha en alta mar que dice " sciuff ..sciuff .." y va a hacer un viaje nocturno a Capri, en la famosa plaza. Todo bien alejado de los "barrios" y los suburbios y muy cerca de la Riviera de Chiaia, la colina de Posillipo o Vomero, donde nació Sorrentino.  

I tres los niveles de la historia se mezclan continuamente y florecen las sugerencias y referencias del Panteón del director: las huellas de su cultura cinematográfica "felliniana" son inmediatamente evidentes con el primer plano de la gran araña arruinada en el suelo, luego los fragmentos de la vida familiar en el "manera" de la comedia napolitana con almuerzo en la villa familiar y baño en el mar con el hermoso bocio sorrentino mientras de fondo se escucha el clamor del estadio San Paolo (ahora Maradona) y finalmente la referencia directa al Maestro que debe "bajar a Nápoles" para seleccionar extras (una maravillosa galería de personajes). Todo fluye en un torbellino de atractivo no siempre conmovedor y que no siempre hace justicia a la belleza de Nápoles como hizo el director con su película sobre Roma. Los diálogos, el texto, el guión pocas veces merecen tomar notas y aparecen más como un simple pie de foto que apoya a los personajes que como elementos distintivos y característicos de la película. No es casualidad que la película finalice con el mencionado diálogo con el director Capuano que lo incita a proponer una historia y Sorrentino cuenta lo que puede y quizás debe: su pasado, su ciudad y su profesión. No puede hacer más y tal vez no quiera.

Pasamos ahora al "cine más allá del cine" y proponemos algunas consideraciones. En primer lugar, uno que se refiere al estado de salud del cine italiano. En este vistazo de la temporada ya hemos visto a tres grandes protagonistas como Nanni Moretti, Carlo Verdone y ahora Paolo Sorrentino, lidiar con sus autobiografía. Siempre se puede decir que todo está bien: no deja de ser un "género" interesante pero quizás el gran espectáculo cinematográfico requiere y merece algo más, algo que también puede ser invención, creación, fantasía o búsqueda de nuevos lenguajes, reglas expresivas y cuantía. 'otro, en cambio siempre es obligado a mirar atrás, para pulir la platería familiar que, aunque preciosa, todavía está polvorienta y guardada bajo llave en los cajones. 

Ya lo hemos escrito otras veces: es eleterna tentación de admirar tu ombligo, para disfrutar del pasado glorioso y antiguo de uno. Cuando, por el contrario, el cine italiano intenta probar suerte en un género convencional y tan seguro de éxito como el thriller (es decir, falso como el reciente 3/19 por Silvio Soldini) se enreda en una historia sin ton ni son. Y sin embargo, y esta es una consideración posterior importante, nunca como en este momento se enfrenta en el escenario internacional no en el terreno del éxito en las salas de cine, con el público que paga la entrada, sino en el de la distribución global a gran escala en plataformas de streaming, de Netflix específicamente donde Fue la mano de dios se distribuirá a partir del 15 de diciembre. ¿Sabes cuál es la película italiana no inglesa más vista en el mundo distribuida por la plataforma web? Yara, dirigida por Marco Tullio Giordana, la crónica de la dramática historia de la niña de Bérgamo asesinada en 2010. Hablamos de una "audiencia" de decenas de millones de personas en todo el mundo. Este es un tema que merece mayor estudio.

Finalmente, vale la pena señalar que la última serie de Gomorra, otro gran éxito televisivo y cinematográfico "global". Se cuenta otra Nápoles, con otros personajes, otras fotografías, otras historias, otro cine. Sin embargo, esta película de Sorrentino está nominada al Oscar y ciertamente vale la pena el costo de la entrada.

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