Se acabó. Así escribe Liberation, un periódico que siempre ha estado cerca de la izquierda francesa, sobre una posible -pero ahora desvanecida- hipótesis de alianza entre el candidato del partido socialista Benoit Hamon y el líder de la izquierda radical Jean Luc Melenchonantes de las elecciones presidenciales previstas para el 23 de abril.
“Ya nadie cree en un acercamiento entre los dos candidatos de izquierda”, escribe el diario transalpino en un artículo bastante sarcástico, que habla de una situación “que se estaba convirtiendo en un absurdo” y de dos candidatos que "ahora no pueden esperar para seguir adelante, tal vez concentrándose en sus programas". “Desde la victoria de Hamon en las Primarias Socialistas a finales de enero –escribió también Libé– tanto él como Melenchon han jugado el juego, propio de la izquierda, del 'yo soy el que busca la unidad', para luego descargar la culpa de la falta de acercamiento al otro”.
La parada definitiva la hizo Hamon directamente desde Lisboa, donde se encuentra visitando al gobierno -socialista- de Portugal, según la prensa francesa, el modelo virtuoso de "gauche plurielle" (izquierda pluralista, modelo del olivo) que el delfín de Hollande como para importar a París. Por su parte, Melenchon no pretende ceder, dado que las encuestas lo acreditan en al menos un 10-11%, un porcentaje que no le garantizará la papeleta pero que no podrá ser tan inferior al que recogerá el candidato expresado por la mayoría actual, descendido a cotas de impopularidad nunca vistas tras el fracaso del mandato de Hollande. En todo caso, la sorpresa es que el Partido Comunista Francés, del que Melenchon no es miembro (tiene su propio movimiento independiente, "La France insoumise") pero del que ciertamente está cerca en términos de posicionamiento, podría eventualmente apoyar a Hamon.
En definitiva, ha habido y hay intentos de acercarnos al universo de la izquierda, pero no deben impedir que encontremos tanto el nombre de Melenchon como el de Hamon en las papeletas del domingo 23 de abril para la primera vuelta de las elecciones presidenciales. Esta situación debería redundar en beneficio de Emmanuel Macron, exministro de Economía con Hollande y líder de un movimiento que podría cosechar votos de izquierda a derecha, sobre todo si fuera a las urnas con Marine Le Pen. Juega con François Fillon, de regreso de un fuerte escándalo sobre trabajos ficticios para su esposa e hijos pero según las encuestas aún no fuera del juego.
