El martes 9 de abril de 2013, la Fundación Arnaldo Pomodoro inaugurará su nueva sede en Milán, en via Vigevano 9. El primer evento alojado en la estructura, adyacente a los archivos de la Fundación y al estudio del artista, será la exposición “Una escritura desconcertante”. Arnaldo Pomodoro. Obras 1954-1960, Programada 10 de abril al 28 de junio de 2013.
La exposición, comisariada por Flaminio Gualdoni, documentará la primera temporada creativa de Arnaldo Pomodoro, a través de veintiocho relieves en plomo, plata, bronce y algunos dibujos.
Tras mudarse a Milán en 1954, el artista comenzó a tejer sus texturas de signos en relieve, creando situaciones visuales en la frontera entre lo bidimensional y lo tridimensional.
La influencia intelectual de Klee, quien se definía como "abstracto con algunos recuerdos", se deja sentir en el pasaje lírico y en la filigrana natural propia del Pomodoro de la época, explicitada por títulos que mencionan "horizonte", "situación vegetal", “extensión de planta”, “paisaje”. Este es el camino que lo lleva a la toma de conciencia del signo abstracto como célula plástica, característica de todos sus sucesos extraordinarios posteriores.
El primer número de los Quaderni della Fondazione acompaña a la revista.
A esta iniciativa seguirá, después del verano, una exposición dedicada a Enrico Baj que analizará no sólo su papel principal en el debate artístico de los años 50 y 60, que lo ve fundando el Movimiento Nuclear, concibiendo revistas como "Il Gesto y redactando manifiestos cruciales como Contro lo stile, pero también actuando como un interlocutor activo, en particular a través de las relaciones con Edouard Jaguer y el grupo "Phases", de la gran vanguardia internacional, de Marcel Duchamp a Man Ray, de Asger Jorn a Guy Debord.
Situado cerca de la Darsena dei Navigli, el Fundación Arnaldo Pomodoro actuará como un verdadero centro cultural, proponiendo exposiciones, encuentros, conferencias, presentaciones de libros, conciertos.
La proximidad entre los ambientes configura un polo artístico muy sugerente, que entre los antiguos patios de los Navigli consolida aún más la contigüidad entre el lugar donde nació la escultura Pomodoro y aquel en el que la Fundación documenta y promueve su actividad, situándose en el a la vez como un lugar de estudio y discusión en torno a los temas y figuras de las vanguardias contemporáneas.
