En los últimos años, las dificultades económicas de empresas y familias, con el consiguiente deterioro de una parte sustancial de los préstamos, han incrementado el papel de las garantías como factor facilitador de la relación entre bancos y clientes. Entre 2007 y 2012, el stock de préstamos comerciales garantizados (reales y personales) aumentó de 63,5% a 67,6%.
Con referencia a los sectores económicos en su conjunto, la relación entre los préstamos con garantía real y el total de préstamos utilizados en septiembre de 2013 fue del 45%, con una mayor incidencia en las clases más bajas de préstamos utilizados. La ausencia de garantía puede mitigarse mediante la provisión de garantías por parte de intermediarios especializados.
En Europa, el mercado de garantías desarrolla su actividad a favor de cerca de 2 millones de pequeñas y medianas empresas y tiene una fuerte concentración geográfica: en 2011 el valor total de las garantías pendientes pertenecía principalmente a los sistemas de garantía de Italia, Francia, Alemania y España
Entre las sociedades de garantía recíproca europeas, las Confidi italianas se encuentran entre las más importantes: la OCDE cuantifica el peso de las garantías intermediadas por las Confidi italianas en alrededor del 41% sobre el total de las garantías otorgadas por los sistemas de garantía europeos. En los últimos años, los Confidi italianos se han caracterizado por un importante fenómeno de concentración: a finales de 2009, 742 confidi estaban activos, frente a 642 a finales de 2012; de estos, 58 también estaban sujetos a la supervisión del Banco de Italia.
En la última fecha disponible (2012), la mayor parte de los Confidi se concentran en las regiones del Sur e Islas (50,5%). En el mismo año, el valor total de las garantías emitidas por Confidi ascendió a 21,9 millones de euros, aproximadamente un 10% menos que el año anterior. Las garantías se concentran principalmente en las regiones del norte. Aproximadamente el 50% de Confidi en Italia emite garantías por un importe inferior a 6 millones de euros.
La larga crisis que ha caracterizado a la economía italiana ha hecho más evidentes los problemas que sufre el sistema Confidi desde hace tiempo. En 2012, la incidencia de las garantías frente a exposiciones deterioradas sobre el total de garantías alcanzó el 19,1% desde el 11,1% de 2011. Las dificultades también son evidentes en términos de rentabilidad, productividad y costes operativos. Finalmente, la dotación de capital a menudo presenta situaciones críticas. El marco operativo del Confidi también se complicó por la pérdida del incentivo para transformarse en intermediarios supervisados capaces de permitir el reconocimiento de garantías personales con el fin de mitigar el riesgo de crédito.
No obstante, el Banco de Italia ha reconocido los requisitos previstos en la normativa sobre mitigación del riesgo de crédito para las contragarantías a primer requerimiento emitidas a Confidi por el Fondo Central de Garantía. En tal contexto, el papel de Confidi ciertamente necesita ser rediseñado.
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