"Sin crecimiento, el futuro de la economía mundial está en peligro y quizás el mayor obstáculo sea el legado de una enorme deuda pública, que ahora promedia el 110% del PIB total, el nivel más alto desde la guerra”. El número uno del Fondo Monetario Internacional lanzó hoy un mensaje contra el exceso de rigor, Christine Lagarde,, que inauguró la reunión anual del FMI y el Banco Mundial en Tokio.
“Lo hemos visto y lo estamos viendo recientemente en la eurozona -prosiguió Lagarde-. El alto endeudamiento dificulta el crecimiento. Probablemente sea un largo camino que no tiene atajos, pero que hay que emprender”. El director del FMI subrayó así la necesidad de combinar la lucha contra la crisis de la deuda con la vuelta al crecimiento, sobre todo para frenar el continuo aumento del desempleo.
Según Lagarde también es necesario acelerar la reforma de un sistema financiero que, “a pesar de algunos avances, todavía no es mucho más seguro que en los días de Lehman Brothers”.
En cuanto al capítulo de Grecia, Lagarde ya había afirmado la necesidad de conceder a Atenas una prórroga de dos años completar las medidas de austeridad y alcanzar los objetivos de déficit acordados con los acreedores internacionales. Hoy, sin embargo, el ministro de Hacienda alemán, Wolfgang Schaeuble, ha respondido al cambio de rumbo solicitado por el director del FMI, reiterando que “no hay alternativas a la reducción a medio plazo de la deuda de los Estados que es demasiado elevada, para el euro y la zona del euro en su conjunto”.
