En Finmeccanica ha venido a abrir la guerra. Marina Grossi, esposa del presidente Guarguaglini y directora general de Selex, empresa que terminó siendo investigada por los sobornos de Enav, rechazó la solicitud que le envió por escrito el director general de la matriz, Giuseppe Orsi, para renunciar durante la reunión de la Junta Directiva convocada de urgencia esta mañana. Grossi, a pesar de la solicitud de dejar el cargo de presidente ejecutivo de Selex, ya que está siendo investigada por la ronda de sobornos descubierta por el poder judicial relacionada con los contratos de suministro obtenidos por Enav, no mencionó la carta durante la reunión de Directorio, y mucho menos su voluntad de dimitir para salvaguardar el buen nombre de la empresa.
Después de todo, siete personas forman parte del directorio de Selex: tres independientes (es decir, designados directamente por Guargaglini y su director de relaciones externas, Borgogni), tres directamente de Finmeccanica y la propia Grossi. Entonces, de hecho, Finmeccanica no tiene la mayoría del directorio y Grossi puede fácilmente ignorar las indicaciones provenientes de la empresa matriz.
Naturalmente, la solicitud de renuncia de Grossi realizada por el nuevo director general de Finmeccanica es un verdadero enfrentamiento contra el mismo presidente Guarguaglini, quien polémicamente no participó en la última reunión de directorio que reveló una pérdida de 324 millones de euros en nueve meses. Ahora el tira y afloja involucra directamente a su esposa al frente de Selex, una empresa de electrónica que ha estado bajo observación durante mucho tiempo dentro del mundo de Finmeccanica por sus resultados ciertamente no brillantes.
¿Qué pasará en este punto? Al regreso de Orsi de los Estados Unidos, se realizará una nueva Junta de Finmeccanica y en esa reunión se decidirá el destino no solo de Grossi, sino probablemente del propio presidente Guarguaglini.
