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Fibra y autopistas, Australia por buen camino. E Intesa pone rumbo a Ubi

Los avances de Macquarie sobre la fibra y ahora la salida de Intesa Sanpaolo de la autopista de Lombardía muestran cómo la competencia en infraestructuras es cada vez más estratégica y global. Por eso el banco de Messina recoge y se concentra en la nueva integración

Fibra y autopistas, Australia por buen camino. E Intesa pone rumbo a Ubi

A la espera de los desarrollos de la oferta pública de intercambio en Ubi, Intesa Sanpaolo +0,96% logró una excelente venta: la inversión que mantiene el instituto en Autostrade Lombarde sobre la que se control del 78,9% de Brebemi (además de una pequeña participación, equivalente al 0,0542% de propiedad directa). La autopista se valoró en poco más de 2 millones, incluidos 1,9 millones de deuda.

Apropiarse de la arteria, incluida en el programa de venta de participaciones accionarias consideradas "ya no estratégicas" por el instituto, será la aleatica española, controlada al 100% por Ifm, una sociedad gestora australiana que cuenta con unos 400 inversores institucionales, incluidos fondos de pensiones australianos, estadounidenses y japoneses y grandes compañías de seguros. Un gran inversor que sin duda ha hecho un buen negocio si tenemos en cuenta que la obra costó poco más de 2,5 millones pero que, sobre todo, opera en una lógica de largo plazo, sin preocuparse por hacer frente a la presión de las deudas que atormentaban a la autopista lombarda. (en su momento presentada, como no lo era, como una empresa financiada únicamente por capital privado) desde el primer momento. Por el contrario, Ifm, activo por primera vez en Italia, es un fondo abierto que opera con un horizonte a largo plazo (en promedio, sus operaciones tienen una duración de 20 años) y administra activos por más de 100 millones de euros en infraestructuras de transporte: autopistas, puertos, aeropuertos, ferrocarriles, o más bien esos frentes estratégicos también para el Bel Paese. Sólo en palabras, por desgracia.    

En efecto, la operación entre Italia, España y Australia ofrece la ocasión para más de un mal pensamiento. Han pasado menos de dos años desde que Italia compró las autopistas, empezando por la española Abertis. Hoy, sin embargo, la empresa Autostrade está siendo noticia sobre todo por las interminables colas que encuentran los viajeros desprevenidos que pretenden recorrer la franja de asfalto que debería unir Liguria con el resto del mundo y que, por el contrario, se presenta como una formidable e infranqueable barrera. 

En este marco, otra coincidencia es impresionante. La entrada del fondo en Autostrade Lombarde se produce unos días después de otra oferta realizada por otra empresa australiana, Macquarie (esta vez muy conocida en la Península) contra la participación de Open Fiber en poder de Enel con el claro objetivo de participar en la creación de una red única que requiere fuertes inversiones. ¿Solo un caso? Tal vez. Lo cierto es que las infraestructuras, tanto físicas como virtuales, son iEl punto caliente de la competencia estratégica entre varias economías. No es de extrañar, dado el contexto, que Intesa Sanpaolo haya considerado agotada la función de su participación para concentrarse en el juego de Ubi que nace bajo una estrella favorable: incluso en caso de fracaso para completar la fusión con Ubi para lo que habrá que alcanzar una cuota del 66 %, Intesa Sanpaolo estima que podrá alcanzar, gracias a la compra del 51 % (casi rebajado) en cualquier caso el objetivo de un beneficio neto de al menos 5 mil millones euros en 2022, por la realidad que surgirá de la integración, a pesar de las sinergias de menor coste derivadas del mantenimiento del grupo de Bérgamo como entidad jurídica separada. 

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