El presidente de Salvatore Ferragamo, Ferruccio, ha desmentido los rumores según los cuales la familia homónima busca comprador pero ha descartado que el nuevo consejero delegado, que debe sustituir al saliente Eraldo Poletto, provenga de las filas internas de la la misma familia.
Por ahora, el propio Ferruccio Ferragamo asumirá temporalmente la función de director general, a la espera de encontrar al adecuado.
Seguro que el nuevo timonel de Salvatore Ferragamo tendrá que arremangarse porque una vez más las cuentas de la compañía, que sufre desde hace tiempo las tribulaciones de la Bolsa, no van bien. En 2017, la facturación cayó un 3,1%, el Ebitda un 23,3% y el beneficio neto un 42,4%, alcanzando los 114 millones de euros.
El decepcionante resultado de la casa de moda florentina se ve afectado por la reforma fiscal de Trump por 13 millones, mientras que el ejercicio 2016 hizo uso de beneficios no recurrentes. Pero, como admite la propia Salvatore Ferragamo en una nota, por ahora “sigue la tendencia desfavorable vista en los últimos meses de 2017”.
