La estrella, al menos a nivel mediático, siempre es ella. Federica Pellegrini, una de las mejores nadadoras de la historia, quien será la abanderada de Italia en la ceremonia inaugural en Río. Pellegrini, que en los últimos días ha colgado fotos en Instagram que muestran las precarias condiciones de alojamiento de los atletas de la villa olímpica de Río, ya no es una gran favorita, pero, en su cuarta Olimpiada, doce años después de la medalla de plata en Atenas, todavía puede señalar aquellas medallas que, sin embargo, se le escaparon en la expedición de Londres, aunque en los 200 m estilo libre tendrá que competir con la estadounidense Katie Ledecky.
Detrás del nadador, desfilarán más de 300 atletas italianos de todas las disciplinas. La otra estrella de la natación será Gregorio Paltrinieri, de 1500 años, que aspira al oro en los XNUMX metros libres, tras conquistar los últimos mundiales de la disciplina. Filippo Magnini, el prometido de Pellegrini, también lucha con alguna esperanza de medallas, ahora en el último baile.
También aspira a una medalla Tania Cagnotto, aunque el oro, dada la pésima competencia de las clavadistas chinas, parece muy difícil, que busca su primera alegría olímpica tras los cuartos puestos de Londres y tras un sinfín de medallas recogidas entre europeas. , el jardín de su casa y la Copa del Mundo.
Alejándonos de las piscinas nos encontramos con un atleta desconocido para la mayoría, pero que tiene excelentes posibilidades de llevarse algunas medallas a casa: se trata del luchador Frank Chamizo, cubano de nacimiento, pero naturalizado italiano. Chamizo es actualmente campeón de Europa y del mundo en su categoría, la de los 65 kg, así como en el primer puesto del ranking.
Una esperanza concreta de medallas, como siempre, viene de la esgrima, y sobre todo del florete femenino. Faltará la eterna Valentina Vezzali, que esta vez no se clasificó, pero estarán Elisa di Francisca, medalla de oro en Londres, y Arianna Errigo, que en cambio se llevó a casa la plata tras una final italiana.
Entre los hombres, aún se destaca Aldo Montano, ahora de 37 años, un conocido rostro del chisme y la televisión, capaz de ganar medallas en su disciplina, el sable, en los últimos tres Juegos Olímpicos. En el florete, muchas esperanzas están puestas en Andrea Cassarà, de treinta y dos años, de Brescia.
Para ambos podrían ser los últimos Juegos Olímpicos, al igual que Río probablemente marcará el final de la aventura olímpica de Clemente Russo. El boxeador de los pesos pesados, si bien no está considerado entre los favoritos de la víspera, buscará llevarse a casa otra presea, luego de las medallas de plata en Beijing y Londres.
Pasando del ruedo a la ruta, otro que seguramente apuntará al gran blanco es el capitán de la selección italiana de ciclismo en ruta Vincenzo Nibali quien, junto a Fabio Aru, tendrá que lidiar sobre todo con Alejandro Valverde. En el tenis, cabe esperar el doblete femenino Errani-Vinci, que se recompuso por amor a la patria al cabo de unos años.
Estas serán las estrellas italianas más brillantes en el cielo de Río, y los atletas a observar con más atención. Con la esperanza de que, como sucede casi cada vez, un nuevo ídolo desconocido, alguien cuyo nombre nunca antes habíamos escuchado, nos regale la alegría de una medalla sorpresa.