Janet Yellen, gobernadora de la Reserva Federal, parece dispuesta a aceptar una economía de "alta presión", en la que la inflación suba por encima del objetivo anual del 2% y la tasa de desempleo caiga significativamente. "La influencia de las condiciones del mercado laboral sobre la inflación en los últimos años parece ser más débil de lo que era antes de la crisis financiera" en 2008, dijo en un evento organizado por la Reserva Federal Regional de Boston. Yellen explicó que la crisis financiera ha llevado a los banqueros centrales a revisar su enfoque.. La idea es que la demanda agregada moderada puede hacer bajar la participación de la fuerza laboral y la inversión. Una caída de la demanda puede provocar la llamada histéresis.
"Asumiendo que la histéresis está presente después de severas recesiones, la pregunta natural que surge es si es posible revertir estos efectos de oferta al permitir temporalmente una economía de alta presión con una fuerte demanda agregada y un mercado laboral ajustado". Según Yellen, reducir las tasas por sí solo no es suficiente en un mundo donde el costo del dinero es bajo. Es por eso que sugiere que se pueden necesitar nuevas formas de responder a las desaceleraciones económicas. De hecho, Yellen no descarta el uso de herramientas para condicionar las expectativas de inflación. Yellen precisó luego que el papel de la política monetaria de EE.UU. es crucial. "La investigación realizada por el personal de la Fed sugiere que los efectos de la política monetaria de EE. UU. en otras economías son positivos, en el sentido de que las políticas diseñadas para brindar estímulo a la economía de EE. UU. también impulsan la actividad en el extranjero".
