La confirmación oficial del acuerdo entre Fiat Chrysler y Google llegó ayer por la tarde. Tras una jornada complicada para las acciones del grupo, en línea con la caída del sector, FCA (+3%) despega en Wall Street.
Por ahora, el impacto es más psicológico que numérico. Se espera que FCA suministre alrededor de cien prototipos a finales de 2016 basados en la minivan Pacifica Hybrid, presentada en el Salón del Automóvil de Detroit el pasado mes de enero. Los modelos se construirán “específicamente para el programa de conducción autónoma de Google”, se lee en la nota oficial.
Será solo la primera fase de un proyecto conjunto más grande para la producción de vehículos sin conductor en los próximos años. Trabajar con Google, ha dicho Sergio Marchionne “nos dará la oportunidad de colaborar con una de las principales empresas del sector y la experiencia será fundamental para el desarrollo de tecnologías de automoción que traerán beneficios”.
FCA se encargará del diseño y la ingeniería, Google de los sensores y ordenadores que garantizarán la conducción autónoma. Más allá de los números, el prestigio cuenta: es la primera vez que un gigante de Silicon Valley se alía oficialmente con una casa de cuatro ruedas. En las últimas semanas, las conversaciones con Ford y GM habían fracasado.
La noticia también debería cambiar el estado de ánimo de Piazza Affari hoy, donde Fiat Chrysler perdió ayer un 3%, a pesar de subir por encima de los 7 euros al final. En Estados Unidos, el grupo vendió en abril un 6% más que el año pasado, alcanzando su mejor abril en 11 años. Pero los analistas son pesimistas sobre el futuro cercano de los Detroit Bigs.
