La llanura aproximadamente triangular que tiene sus vértices en el Campidoglio, el Palatino y el Aventino y su base en el Tíber, el Foro Boarium, tuvo una importancia fundamental desde los orígenes de la ciudad de Roma: la existencia misma de la ciudad sería en realidad inexplicable sin tener en cuenta la función primordial que ha ejercido esta franja de tierra a lo largo del río. Pero la fase más intensa de actividad arquitectónica y constructiva coincide con el siglo II a. C. cuando, alrededor del 120 a. C., se construyó en mármol pentélico el que resulta ser el templo de mármol más antiguo que se conserva en Roma. El templo es monoptero, de forma circular, con un diámetro de casi 15 metros y con 20 columnas corintias apoyadas sobre un podio bajo de escalones de mármol.
Aunque el término nos es conocido por Vitruvio, se trata de una tipología arquitectónica de origen griego definida por una simple "peristasis" que encierra un espacio vacío y sostiene una cubierta. Su arquitecto fue probablemente el griego Hermodoro de Salamina. y, aunque erróneamente se decía de Vesta, estaba dedicada a Hércules Víctor, dios patrón de los comerciantes que realizaban sus negocios en el mismo Foro Boarium. El templo nos proporciona, por tanto, una clara confirmación del poderío económico alcanzado por los mercaderes romanos que comerciaban en el Egeo y el Mediterráneo a finales del siglo II a.C. En el siglo XII, en 1140, se transformó en la iglesia de Santo Stefano delle Carrozze, y desde mediados del siglo XVI se dedicó a S. Maria del Sole debido a una imagen milagrosa de la Virgen encontrada en el Tíber.
Adentro todavía se conservan frescos que datan de 1475 que representa a la Virgen con el Niño y los Santos. El templo, gracias a su conversión en iglesia, se mantuvo en bastante buen estado hasta el siglo XIX cuando fue liberado de esta función y, tras las restauraciones realizadas por Giuseppe Valadier durante los años del gobierno francés (1809-14) , fue devuelto a su estado original.
Gracias a la iniciativa FAI en colaboración con la Superintendencia Especial de Arqueología, Bellas Artes y Paisaje de Roma, la apertura estará garantizada el sábado 28 de septiembre de 10 a 19 (último acceso a las 18.15).
