Han pasado cuarenta años desde que se propuso el marketing como disciplina científica de acuerdo con una estructura racional precisa identificada por Philip Kotler. Hoy los mercados, los canales, los usuarios responden a través de cánones completamente diferentes, pero el principio básico permanece: si quieres vender, dale al mercado lo que el mercado quiere. Dicho así, hasta parece irrisorio dedicarse a este objetivo, tan elemental. Pero el problema es comprender exactamente lo que el mercado quiere exactamente.
Encuestas, estadísticas, entrevistas, no son tan efectivos e inmediatos como el "me gusta" en las cantidades a las que nos tiene acostumbrados Facebook y si luego el botón mágico se convierte incluso en "quiero", pues entonces damos en el blanco. Mark Zuckerberg, durante F8, la conferencia dirigida a los desarrolladores de Facebook celebrada ayer en San Francisco, anunció precisamente este cambio, es decir, la transformación de una herramienta de encuesta demasiado tosca y vaga como el "me gusta", en una interacción más específica como "Leer ”, “Escuchado”, “Visto”, “Cocinado”, “Percorso”, según el contenido publicado por los usuarios (respectivamente libros, música, fotografías, recetas o itinerarios, solo por mencionar algunos). Luego, cada objeto puede incluirse en una especie de lista de deseos que, con la ayuda de palabras clave y etiquetas, puede convertirse en una mina de información extremadamente atractiva para los anunciantes.
Por otro lado, el nuevo mecanismo utiliza una aplicación que hace uso del protocolo "OpenGraph" y como tal requiere que el usuario final acepte que la aplicación utiliza sus datos, preferencias y todo lo demás, autorización que cada miembro de Facebook ha dado. en el momento de su registro y sigue otorgando a tal o cual aplicación en virtud de nuevas posibilidades de interacción con la plataforma social.
Sin embargo, para que el sistema funcione, los usuarios deben pasar el mayor tiempo posible en el sitio (para alcanzar cifras estadísticamente significativas sobre los productos) y aquí, junto a las innovaciones orientadas al marketing, hay otras de carácter estético, como la nueva versión del perfil personal, el denominado "Timeline", que integrará, gracias a la colaboración con Spotify, MOG y Rdio, contenidos multimedia que se podrán utilizar directamente desde el propio perfil y sobre todo sin salir de la red social. Incluso en este último caso, será posible convertir música, videos, animaciones y software de todo tipo en “objetos de deseo”.
Gibran dice que "el deseo es la mitad de la vida" y por eso ahora todo es una ráfaga de "lista de deseos". Es difícil decir quién lo empezó, las librerías online guardan el recuerdo de tus anhelos, de los libros que te gustaría comprar, así como las tiendas por departamento de electrónica, tiendas de decoración del hogar, aniversarios, amigos, hasta los papás y mamás tienen su lista de deseos, mientras que los niños, en cuanto saben escribir, empiezan su buena lista. A través de las tarjetas de fidelidad, tu tienda de confianza sabe todo de ti, podría prepararte tu almuerzo favorito.
La web es el vehículo perfecto para potenciar la lógica y el potencial de la lista de deseos. Cada declaración de usuario puede ser utilizada en una clave de marketing, somos conscientes de que es posible construir un perfil del navegante en línea a través de sus métodos de navegación, tiempos, actividades en línea y a través de estos parámetros hay grandes posibilidades de centrar sus expectativas, sus preferencias , sus debilidades. Al mismo tiempo, debemos recordar que dicha facilitación corre el riesgo, si no se equilibra con algún tipo de función personalizable, de enredar nuevos nodos en términos de privacidad.