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ExxonMobil desafía la caída con golpes de dividendos

El gigante estadounidense cierra la semana de los informes trimestrales de oil&gas y mantiene su cupón récord. Pero también es el único Major que no opta por soluciones alternativas al petróleo. Con malos resultados: ¿cuánto durará?

ExxonMobil desafía la caída con golpes de dividendos

Las tradiciones deben ser respetadas. Y así, como ha sido el caso durante 37 años, esta vez también ExxonMobil garantizará a sus accionistas un dividendo creciente: 87 centavos en el cuarto trimestre, con una rentabilidad anual que viaja por encima del 10 por ciento. Una política tan generosa como peligrosa, que corre el riesgo de comprometer la capacidad inversora del gigante que este año redujo su capex un 30 por ciento. Pero también la única forma de evitar la fuga de los grandes inversores: "Sin un cupón adecuado, ¿por qué deberíamos poseer acciones de Exxon?" un inversor le dice al Financial Times. Otros Majors han decidido de manera diferente: Shell redujo el cupón en abril. Y se lo tomó mal. La acción se desplomó a un mínimo de 25 años, lo que obligó a los líderes del grupo anglo-holandés a una retirada sensacional. El próximo dividendo, anunciado el miércoles, señala un aumento al 4%, con la promesa de aumentar progresivamente el cupón en el futuro. 

Los números son implacables: durante 2020, por ejemplo, la patrulla de Las principales petroleras europeas (BP, Repsol, Shell y la nuestra Eni) han dejado en el suelo 360 millones de valor bursátil, alrededor del 60 por ciento, mientras que Total ha limitado (por así decirlo) el derramamiento de sangre al 50 por ciento. De ahí la carrera por diversificar la cartera aumentando el porcentaje de inversiones en renovables, que corren muy diferente suerte: el holandés Alfen subió durante el año un 230% hasta la cima del Stoxx 600. El inglés ITM (+220%) que produce maquinaria para la energía del hidrógeno. Las acciones de la danesa Vesta (+51 por ciento) junto con las de su compatriota Orsted han convertido a la Bolsa de Copenhague en la bolsa de valores líder en Europa.

Solo los "viejos" Exxon, el gobernante del mundo del petróleo, continúa desafiando la tendencia de elegir soluciones alternativas al petróleo. Con malos resultados. El grupo, que durante unos pocos años había estado compitiendo por la primacía en Wall Street con los gigantes de la nueva economía, fue excluido del Dow Jones el mes pasado porque fue superado por una empresa de software. Y el viernes 30 de octubre, con motivo de la publicación trimestral, ExxonMobil deberá anunciar, por tercera vez consecutiva, un resultado en números rojos. Sin embargo, la junta no tiene la intención de cambiar de rumbo. “Reconocemos -dice el CEO Darren Woods- que la caída de los precios vinculada a la crisis de consumo impuesta por la pandemia combinada con el aumento del riesgo climático, conducirá a una nueva ola de crisis” - Pero agrega: “A la larga corre, el mercado tendrá razón: si prestamos atención a los hechos y no a las sugerencias, solo podemos reconocer que el consumo está destinado a aumentar en cualquier caso”. 

Y así, ExxonMobil no renuncia a nuevas iniciativas, desde Nuevo México hasta Guayana, mientras espera la recuperación posterior a Covid y más allá. Es una elección existencial, no sólo económica. Los jeques blancos de Houston no pretenden renunciar a la primacía construida en su época dorada, cuando Exxon pudo prestar a Washington al secretario de Estado (Rex Tillerson) que pasó del directorio a la Casa Blanca en la primera temporada de Donald Trump. 

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