Fuertes sentencias en el juicio por la contaminación ambiental de la ex Ilva de Tarento. El Tribunal de lo Penal de la ciudad de Apulia lo condenó a 22 y 20 años de prisión Fabio y Nicola Riva, ex propietarios y directores de Ilva, a quienes se les imputan los delitos de concierto para delinquir dirigidos al desastre ambiental, envenenamiento de alimentos, omisión dolosa de precauciones en el trabajo. También ordenó el decomiso de las plantas, mientras tanto pasaron primero por un comisario de gestión y luego adquiridas por ArcelorMittal. Confiscación que, sin embargo, queda suspendida hasta el pronunciamiento final de la Casación. El expresidente de la Región Puglia en el momento de los hechos controvertidos también fue condenado a 3 años y medio, Nichi Vendola, por conmoción cerebral agravada en competición. La fiscalía había pedido penas más severas contra todos los condenados: 28 y 25 años para los Riva, 5 años para Vendola.
En general, la fiscalía había invocado 35 condenas durante casi cuatro siglos en prisión. También se había pedido la pena de 28 años de prisión para el exgerente de relaciones institucionales de Ilva Girolamo Archiña, y el ex director de la planta de Taranto luis capogrosso. En la lectura de la sentencia, los ecologistas y los padres de familia de Taranto que estaban de guardia desde la mañana se regocijaron. Entre otros, también hay representantes del movimiento Tamburi Combattenti y de las asociaciones adheridas al Comité de Salud y Medio Ambiente (Peacelink, Comité Distrital de Tamburi, Mujeres y Futuro de Taranto Libera, Padres Tarantini, LiberiAmo Taranto y Lovely Taranto). Soy cerca de mil fiestas civiles.
Reacciones preocupadas del mundo sindical, que subraya cómo la sentencia condena acertadamente una forma incorrecta de hacer negocios, pero al mismo tiempo culpa del pasado al presente. "La sentencia de primera instancia emitida hoy por el Tribunal de lo Penal de la corte de Tarento - comenta por ejemplo Roberto Benaglia de Fim Cisl - identifica responsabilidades precisas relacionadas con el desastre ambiental y la falta deliberada de protección de la salud de los ciudadanos y de quienes trabajaron en el ciudad de polo acero. Es una página negativa de la forma de hacer industria que ha contrastado no sólo con el bien común y los intereses de la comunidad, sino incluso con el respeto a la salud ya las normas legales. Creemos como sindicato que hoy es tanto más necesario reconstruir un nuevo pacto entre empresa, trabajo y ciudad en transparencia, que tenga como prioridad hacer producciones totalmente sostenibles a nivel medioambiental y sanitario y apunte a este objetivo cada inversión pública y privada. Para eso vamos a ver con fuerte preocupación la confiscación de las plantas ordenada por el Poder Judicial. Las faltas del pasado no deben recaer sobre el futuro de Acciaierie d'Italia”.