Continuar con Nápoles y Fiorentina. El fútbol italiano pierde tres de cinco equipos, pero todavía está en la carrera por la Europa League. Nada que hacer para Inter, Turín y Roma, obligados a despedirse de ese sueño llamado Varsovia. Granada aparte, son eliminaciones que queman mucho: para los nerazzurri y los giallorossi es una debacle que certifica el fracaso de una temporada. Pero si el equipo de Mancini ya había comprometido la clasificación en el partido de ida, los de García lograron casi destruirse a sí mismos, incluso frente a su propia afición. Un auténtico desastre el de la Roma, superada literalmente por una gran Fiorentina, capaz de conquistar el Olímpico con un rimbombante 3-0.
Un paseo por la Viola, que cerró cada discurso en apenas 21 minutos: muchos le bastaron a Gonzalo Rodríguez (penal en el 9), Marcos Alonso (golpe en el 18 sobre el increíble pato de Skorupski) y Basanta (cabezazo al 21'). ) para acceder a los cuartos de final. El desastre corre el riesgo de dejar unas secuelas imborrables en casa de la Roma y quién sabe si las protestas de la afición (Curva Sud vaciada en protesta en la primera parte) harán caer unas cabezas excelentes.
"El equipo paga mis errores, tendré que tenerlos en cuenta", explicó amargado Walter Sabatini, cuyo futuro parece cada vez más lejano a la capital. “Estoy mortificado, ahora solo queda defender el segundo puesto: el que tenga orgullo, que me siga”, repetía Rudi García, otro decididamente en la balanza. Estado de ánimo diametralmente opuesto en la casa de la Fiorentina, donde las ambiciones son cada vez más grandes. “Estoy muy satisfecho, estamos luchando por todos los objetivos”, explica con orgullo Montella. Es difícil culparle: los Viola están en cuartos de final de la Europa League, en semifinales de la Coppa Italia (con pie y medio en la final) y en plena batalla por el tercer puesto de la liga.
Como Napoli, el otro italiano sonriente en este jueves de fútbol. Los azzurri, en Moscú, tuvieron que gestionar el 3-1 de ida sin complicarse la vida como sucedía demasiadas veces en la temporada: lo hicieron mejor con un 0-0 insólito (para ellos), mostrando madurez y profundidad. “No fue fácil, lo hicimos bien – pensó Benítez. – Pero ahora no quiero oír hablar de la victoria final. Lo intentaremos pero conozco esta competición y sé que será difícil, hay equipos con más experiencia que nosotros".
Desde luego que no el Inter, obligado a abandonar la carrera frente a los 40 de San Siro, así como a certificar el fracaso de una temporada. Solo la Europa League podría darle sentido, pero ahora encontrar estímulos será muy difícil. Los nerazzurri intentaron compensar la ventaja de 3-1 en el partido de ida, pero el Wolfsburgo demostró ser un verdadero equipo, muy superior. Los alemanes se pusieron por delante a los 24 minutos con Caligiuri, implacables a la hora de castigar a la distraída defensa del Inter. En ese momento hubiera sido necesaria una hazaña verdaderamente épica, pero el equipo de Mancini ni siquiera se acercó. Y así, tras el momentáneo gol del empate de Palacio (71'), llegó el 2-1 final del Wolfsburgo con Bendtner, que hizo estallar toda la decepción en San Siro. “Los abucheos están justificados, nosotros también estamos decepcionados – palabras de Mancini. – No podemos permitirnos tantos errores en el campo europeo, probablemente sea culpa mía: no era bueno enseñando ciertos mecanismos".
Distinta eliminación, aunque todavía amarga, para el Turín, el único italiano que salió entre aplausos pese al resultado. Las granadas jugaron un juego espléndido al aplastar al mucho más popular Zenit de Villas Boas. El 1-0 definitivo (Glik en el minuto 89) no fue suficiente pero Toro puede estar orgulloso de lo que hizo. "Hicimos la carrera durante 90 minutos, si hubiésemos pasado no hubiera habido nada que decir" comentó Ventura con una mezcla de orgullo y decepción.
A partir de hoy, sin embargo, ya es hora de mirar hacia adelante. A las 12, de hecho, la urna de Nyon decidirá el rival de la Juve en la Champions y, posteriormente, los del Nápoles y la Fiorentina en la Europa League. Los fantasmas de los blanquinegros se llaman Barcelona, Real Madrid, Bayern Munich y PSG (los sueños son Oporto y Mónaco y hasta el Atlético de Madrid no sería tan mal recibido), los de los blanquiazules llevan el nombre de Wolfsburgo. y Sevilla (Dinamo Kiev, Zenit, Brujas y Dnipro son equivalentes). Hoy lo sabremos todo pero mientras tanto estamos seguros de una cosa: nuestro fútbol seguirá teniendo noches de grandes emociones.