Cheque a los soberanos. Si el Parlamento Europeo no se interpone, la canciller alemana, Angela Merkel, demasiado prematuramente dada a la derrota, y el presidente francés, Emmanuel Macron, han ganado la batalla por las nominaciones y han marcado un punto de inflexión que por primera vez lleva a dos mujeres a liderar el Viejo Continente de hierro: la alemana Ursula Von der Leyen se convertirá en presidenta de la comisión de la UE en sustitución de Jean-Claude Juncker y la francesa Christine Lagarde sucederá a Mario Draghi al frente del BCE.
Merkel y Macron, aunque partiendo de posiciones tácticas diferentes, acabaron consiguiendo sus objetivos: Merkel llevando al frente de la Comisión Europea, que los alemanes consideran el verdadero centro de gravedad del poder continental, su leal Von der Leyen y Macron instalando en la arriba del BCE el exdirector general del Fondo Monetario Internacional, que se moverá en la línea de Draghi y que sobre todo corta el camino al halcón alemán Weidmann del Bundesbank.
El liberal belga Michel será el nuevo presidente del Gobierno mientras que el socialista español Josep Borrel será el nuevo Alto Representante para la Política Exterior de la Unión Europea.
Los populares, que apoyaron al alemán Weber, los socialistas -que ven en varias ocasiones a la ministra Von der Leyen como humo y espejos- y los verdes, que se quedan con un puñado de moscas en la mano, están furiosos y prometen batalla en la Eurocámara.
¿Es Italia? Conte dice estar satisfecho por haber contribuido junto con el bloque soberano de Visegrad a rechazar la candidatura original propuesta por Merkel y Macron para asignar el liderazgo de la Comisión al socialista holandés Timmermars pero sobre todo por haber sentado las bases para la absolución de Italia en la cuentas públicas eludiendo el procedimiento de infracción.
En cuanto a nombramientos, el presupuesto italiano no es mucho: Italia tendrá un vicepresidente y un miembro de peso (quizás la competencia por un miembro de la Liga Norte) en la nueva Comisión Europea pero si pensamos que los gobiernos anteriores se habían llevado a casa la presidencia del BCE para Draghi, el presidente del Parlamento Europeo para el forzado Tajani y el Alto Representante para la política exterior de la Unión en la persona de Mogherini (Pd) el enfrentamiento es despiadado para la mayoría Lega-Cinque Stelle.
Sobre todo porque Von der Leyen ya ha dicho que Italia tendrá que aclarar su línea sobre los migrantes y que en política económica tiene una línea rigurosa mientras que Lagarde, en una entrevista hace tres meses, había mandado a decir que esperara "realismo" de Italia. En definitiva, los soberanos también pueden ganar en Italia pero cuando juegan fuera no tocan el balón, pace Matteo Salvini y Luigi Di Maio. Una vez más, Merkel y Macron se han burlado de ellos, pero el amateurismo, como sabemos, no paga en Europa.
Sin embargo, todavía hay esperanza de que Italia obtenga un papel importante en Europa, aunque con un nombre que probablemente no sea muy bien recibido por el Gobierno, dado su color político. Entre los cuatro candidatos a la presidencia del Parlamento Europeo por los socialistas se encuentra David Sassoli (PD). Los otros candidatos elegibles son Ska Keller por los Verdes, Jan Zahradil por los Conservadores y Sira Rego por la Izquierda. No hay candidatos populares.