También el último de italiano di hola. Lamentablemente, además, con el tres a cero que ha Lazio di Pioli se hizo entregar en su casa por el Sparta de Praga antes de abandonar los octavos de final de la Europa League en medio de los ya habituales abucheos del Olimpico. No ha sido tan malo para los italianos durante 15 años.
El once de Pioli era el último superviviente, el décimo indiecito, de una campaña europea que había comenzado con los peores auspicios, con otra humillación doméstica, la del breve Sampdoria de Zenga, abofeteado en cuatro ocasiones por los bosnios de Vojvodina en Marassi en las preliminares de la Europa League.
Un oscuro presagio al que siguieron unos meses de altibajos, breves ilusiones como el sorteo del Roma con el Barcelona, con el Eurogol de Florenzi, o la doble victoria de Juve con el Manchester City, o el grupo récord del Napoli bis de Sarri, y caídas ruinosas como la humillación de los giallorossi en el Camp Nou o como la Juventus que se redescubre capaz de dilapidar la ventaja acumulada en el doble enfrentamiento con los ingleses de Pellegrini, perdiendo el primer puesto en el grupo y ganando un boleto para elAllianz Arena.
Y quizás, también por eso, deberíamos empezar a recordar que en la Champions hay que ganar los grupos, al menos cuando eres el mejor equipo de tu grupo, porque la excepción, si pasas de segundo, es más el Borussia le pisó los talones el año pasado al Bayern de Guardiola.
Italia está fuera de Europa y la primavera ni siquiera ha comenzado. Las causas son las más diversas: un campeonato agotador, digan lo que digan, que quita energía y atención a la pequeña Europa, y algunos equipos, este año, en busca de su propia identidad, como la Roma, que sobrevivió de milagro a un grupo Jugó muy mal bajo la dirección de García, antes de la tardía llegada salvífica de Spalletti.
La sensación es que a estas alturas todos en Europa juegan contentos, sin la urgencia de ganar, sin la presión de la obligación que es de los mejores. Y a veces es solo esta idea de ti mismo la que te lleva a la derrota. Pero si las causas aún están por investigar, y en muchos casos son simplemente insondables, las consecuencias de nuestra derrota europea ya son conocidas.
Los famosos e infames clasificaciones de la UEFA, de hecho, habla claro y la posibilidad de adelantar a los ingleses que se vislumbraba al final de la temporada pasada está destinada a esfumarse, al menos por este año. Antes de la 2018/19 no tendremos el cuarto equipo de vuelta en la Champions y muchos de nuestros grandes, o presuntos grandes, volverán a quedarse con las manos vacías.