ESTRATEGIZACIÓN por Emanuele Sacerdote.
La síntesis extrema de la emergencia económica que vivimos es que el ciclo macroeconómico principal se ha interrumpido abruptamente. La mayoría de las actividades económicas del ecosistema y de las cadenas industriales y comerciales se han paralizado severamente. El nivel de frenado fue sincrónico a nivel mundial, continental y regional: efecto todo incluido como en el póquer.
Aparte de la supuesta causa del intercambio viral humano-animal, la verdadera co-causa que ha acelerado la propagación del virus ha sido la globalización. Así, podría argumentarse que el supermacrociclo económico planetario ha sido interrumpido por su principal motor de expansión, la globalización.
Ahora falta volver a empezar, reiniciar la máquina y el verdadero problema será reactivar las cadenas de producción y comercialización.
La pregunta "¿Adónde vamos?" me parece lo más sencillo a intentar dar respuesta en esta fase de reinicio y hay tres posibles respuestas: vamos adelante, vamos atrás o damos la vuelta. Comencemos con el último.
Damos la vuelta. A diferencia de las próximas decisiones posibles, aquí tratamos de reencontrar la posición perdida. El contexto de toma de decisiones podría ser algo intermedio entre avanzar y retroceder, con el riesgo de no llegar a ninguna parte. Tras gestionar la inevitable fase de declive, intentaremos reencontrar la posición pre-covid.
Volvamos. Contrariamente a la decisión anterior, aquí se estipula que es mejor dar un paso atrás y reducir el tamaño. Esta decisión también estará impulsada por el impacto negativo seguro de factores externos o internos de no poder crecer significativamente. Seguramente la fase de decrecimiento será más larga y se estabilizará a la baja por un recorte generalizado de los niveles pre-covid. El enfoque estratégico apropiado es la gestión de reducción de personal.
Seguir. Significa decidir continuar, posiblemente incluso progresar intentando atacar el mercado. El contexto de referencia para tomar esta decisión con serenidad es probablemente más positivo y las previsiones de recuperación más optimistas. Es muy probable que haya una primera fase de declive menos drástica, pero luego habrá una esperanza viva de poder regresar y superar los niveles anteriores a la covid. El enfoque estratégico apropiado es la gestión del cambio.
En mi opinión la peor decisión es la primera ya que proyecta una situación muy poco probable de interceptar. Obviamente todas las decisiones son honorables, pero las dos últimas son las más consistentes y las más aceptables.
Parte de la decisión a tomar tendrá que encontrar la correcta relación entre voluntad y poder evaluando de manera más realista la identidad, el propósito, la visión, la cultura, las fortalezas y debilidades que la organización enfrentará y podrá enfrentar en el futuro cercano.
Todo lo mejor!