El Vaticano está trabajando para buscar la mediación entre Estados Unidos y Corea del Norte, con el objetivo de evitar el riesgo de una confrontación militar. El compromiso directo del Papa Francisco lo demuestra la Cumbre Mundial por el Desarme Nuclear que se celebrará los días 10 y 11 de noviembre en Roma, por iniciativa propia del Papa. El título oficial de la reunión es "Perspectivas para un mundo libre de armas nucleares y para el desarme completo"
Once premios Nobel de la Paz llegarán al Vaticano, entre ellos Beatrice Fihn, directora de ICAN, la campaña internacional para la abolición de las armas nucleares, que ganó el premio este año precisamente por su compromiso en nombre del desarme. Junto a ellos estarán los líderes de las Naciones Unidas (Izumi Nakamitsu, Alta Representante de la ONU para el Desarme), de la OTAN (Rose Gottemoeller, secretaria general adjunta) y representantes de los estados involucrados en la crisis de Corea, incluidos Estados Unidos, Corea del Sur y Rusia, que enviarán al encuentro a sus respectivos embajadores en el Vaticano. En representación de las víctimas de las armas nucleares estará la japonesa Masako Wada, una de las últimas supervivientes de Hiroshima.
A la mesa del Vaticano estarán sentados todos los actores del tratado para la prohibición de las armas nucleares firmado en la ONU en julio, tras años de negociaciones, por 122 países. El compromiso que desde hace meses realiza el Vaticano sobre la cuestión de Corea del Norte se ha reforzado de cara al viaje de Francisco a Asia a finales de noviembre. Un viaje en el que el Pontífice tocará Myanmar y Bangladesh, pero en el que la crisis norcoreana será un trasfondo constante.