“Comparando experiencias de educación financiera: Italia, Europa, el mundo” es la última publicación de Assopopolari. El volumen es parte de un complejo programa de educación financiera lanzado hace varios años. Una herramienta de análisis para verificar el nivel de conocimiento de los conceptos básicos de economía y finanzas necesarios para orientarse y tomar decisiones informadas entre productos y servicios bancarios en rápida evolución. El análisis propuesto esboza un panorama más claro de los niveles de difusión de la educación financiera a nivel mundial para elaborar herramientas y programas de formación e información dirigidos a las necesidades de conocimiento de los clientes/consumidores de productos y servicios bancarios y financieros.
El estudio, en relación con Italia, aporta datos ciertamente poco apasionantes de los que, sin embargo, se vislumbra cierta mejora. En la lista de países analizados, nuestro nivel de educación financiera se encuentra en el puesto 13, posición que, frente a la de Dinamarca, Suecia y Noruega, nos empuja a mejorar. Independientemente de las controversias recientes sobre el nivel cognitivo general de los ahorradores italianos, el análisis revela la existencia de un nivel de educación financiera que aún no es adecuado para el nivel de desarrollo y los desafíos que plantean los mercados. Tenemos que trabajar en varios niveles. La escuela, en sus distintos niveles, es la institución idónea para encauzar un esfuerzo de sensibilización sobre el comportamiento financiero. Sin embargo, también son necesarias intervenciones, a corto plazo, sobre la población adulta.
Para el Secretario General de Assopopolari, Giuseppe De Lucia Lumeno, autor del libro: “La confianza, para los Bancos Populares, es un valor central, fruto de una historia de relaciones y entendimiento mutuo que madura también gracias a la actividad destinada a informar y sensibilizar a los clientes y accionistas sobre las decisiones económicas y financieras que toman a diario. El banco tiene el deber de asistir y orientar, pero las elecciones deben ser realizadas de forma autónoma y consciente por los clientes. El estudio se enfoca en qué tan lejos se ha viajado y cuánto más se necesita viajar para lograr niveles óptimos de conocimiento financiero. La educación financiera -también para los bancos locales llamados a proteger el invaluable patrimonio relacional acumulado hasta ahora- condicionará el desafío de futuro que nuestro país está llamado a enfrentar y sobre el cual se medirán nuestras posibilidades reales de éxito”.
