Incentivos a las empresas y la contratación, mejora de las pensiones, supresión de los "puentes" entre semana, reestructuración del sector financiero. Estos son los pilares sobre los que se asentará la actuación del Gobierno español y del presidente Mariano Rajoy, que sustituye efectivamente a Zapatero desde hoy. El objetivo es poner fin a la crisis lo antes posible, poniendo en marcha medidas de apoyo a la economía y no solo de saneamiento de las finanzas públicas.
Y aquí está empresas y bancos parecen estar en el centro de la maniobra. A favor del primero, la posibilidad de pagar el IVA sólo a partir de la recepción de la factura y no antes. Pero también incentivos de 3.000 euros y bonificaciones (hasta el 100% el primer año) en las cotizaciones a la seguridad social para las empresas que contraten a jóvenes (el paro de los treintañeros se acerca al 40%).
En el caso de los bancos, el tema a resolver es el de los activos tóxicos vinculados a los inmuebles.
La idea es, por tanto, enajenar esta cartera, transfiriéndola a un banco de titularidad pública, que a su vez emite bonos para ser suscritos por entidades de crédito. Además, favorecer nuevas fusiones y recapitalizaciones en el sistema crediticio. Relacionada con esta acción está la decisión de Reducir significativamente los impuestos en la compra de una primera vivienda, tanto el IVA como el IRPF.
Habrá entonces recortes en la administracion publica, pero sobre todo un ajuste de las pensiones a la inflación, a partir de enero de 2012 y una remodulación a lo efectivamente pagado durante el período de trabajo. Además, salvo casos excepcionales, se suprimirá la jubilación anticipada.
En definitiva, una maniobra integral que, entre otras cosas, suprimirá los puentes y trasladará a los lunes las vacaciones entre semana. Luego será el turno de la modernización de la justicia, la reforma de la salud, la universidad y el sector energético. A pesar de la consigna para el primer año es crecimiento, con empleo añadido.