Decir que no es nada menos que Jeroen Dijsselbloem, ministro de Hacienda holandés y presidente del Eurogrupo durante unos meses. El joven político holandés, conocido por sus tendencias muy austeras, debe haber olvidado rápidamente sus años (no muy lejanos) en la universidad, ya que bloqueó, entre otras cosas, la iniciativa de ahorro Erasmus de la Unión Europea.
De hecho, Bruselas había decidido asignar, a expensas de los Estados miembros, la cifra de 11,25 millones de euros para pagar los créditos pendientes de 2012 (incluidos los de Erasmus, cuyo presupuesto ronda los quinientos millones) y así tratar de llevar adelante el proyecto tan querido que permite a los estudiantes del viejo continente adquirir experiencia en universidades extranjeras también en el futuro. "Antes de pedir dinero a países individuales -tronó Dijsselbloem-, la Comisión Europea debería primero reducir los costes de otros capítulos de 2013 para hacer frente a los pagos pendientes de 2012. Desde este punto de vista, Bruselas no ha hecho ningún esfuerzo".
Sin embargo, no es solo Holanda (uno de los destinos más populares para los estudiantes italianos junto con España) la que se opone al pago de los atrasos y al rescate del Erasmus: incluso el Reino Unido, a través de las duras palabras del secretario del Tesoro Greg Clark, consideró la solicitud como "totalmente inaceptable" de la Comisión, en un momento en que los estados están haciendo esfuerzos para recortar el gasto. La petición, recuerda Clark, tiene un coste aún mayor que el rescate de Chipre.
Ante la negativa de Holanda y Gran Bretaña, el eurodiputado Alain Lamassoure, que negocia los presupuestos con los 27 países, ya ha adelantado que ante esta situación “el Parlamento no aceptará la petición de la Comisión”. El de hace unos días, que elevaba el total a 11,225 millones, es de hecho el segundo cambio que hace en pocas semanas Bruselas: 145 millones de euros adicionales solicitados a los Estados miembros para hacer frente a las facturas de 2012. Entre estos también están los relacionados con Erasmus: regiones, municipios, universidades, investigadores, ONG y otros beneficiarios que corren el riesgo de quedarse secos, así como las perspectivas educativas de una generación de estudiantes.