El conglomerado privado chino Cefc, de rápido crecimiento en el sector energético doméstico, adquirirá el 14,6% de Rosneft, el gigante petrolero ruso, el primero del mundo entre las empresas cotizadas. La operación, según informa la agencia Reuters, debería cerrarse por 9,1 millones de dólares.
Rusia encuentra así una posibilidad muy importante de expansión comercial y una alternativa a las sanciones americanas y europeas que limitan su cooperación e inversiones.
La participación objeto de la adquisición será vendida por el consorcio formado por Glencore y el fondo soberano de Qatar. Ambos se habían unido a Rosneft en diciembre pasado. Sin embargo, el estado ruso seguirá siendo el accionista mayoritario, con un 51%. British Petroleum también conservará su participación del 19,8%.
La adquisición mejora aún más la alianza energética entre Rusia y China. Rosneft, según el Financial Times, considera el acuerdo “positivo, tanto por razones estratégicas como económicas. Con las actuales relaciones hostiles con los EE. UU., podrían usar esta operación para demostrar que también pueden encontrar amigos en otros lugares. También demuestran pragmatismo al buscar dinero donde lo hay".
Tras una serie de aplazamientos y desmentidos que se prolongaron durante todo un verano, parece que el foro económico de Vladivostok sirvió para pulir los últimos detalles del acuerdo.
