Basta ya del deterioro planificado de los bienes de consumo, desde las bombillas hasta los electrodomésticos, pasando por el móvil, la televisión y cualquier otro objeto grande o pequeño. En el Senado, la Comisión de Industria está discutiendo precisamente eso: acabar con el conjunto de técnicas que provocan la caducidad arbitraria e intencionadamente inducida de bienes-objetos de consumo con el fin de aumentar las ganancias y las ventas de un objeto.
En esencia – denuncia sen. Gianluca Castaldi, (M5s) primer firmante del diseño que pretende limitar este fenómeno: el "ciclo de vida" de un objeto de consumo específico se limita conscientemente, programando su falla, para despertar en los consumidores la necesidad de reemplazar inmediatamente ese mismo objeto, desincentivando la compra de repuestos (que muchas veces no son convenientes o incluso no instalables). Y he aquí entonces que “está prohibido que el fabricante implemente técnicas que puedan conducir a la obsolescencia programada de los bienes de consumo. Para los bienes de consumo eléctricos y electrónicos que requieren un componente de software para su correcto funcionamiento, el fabricante está obligado a garantizar la disponibilidad de actualizaciones de software durante todo el período de comercialización y por un período adicional igual a la duración de la garantía legal y aplicaciones relacionadas, así como la asistencia técnica necesaria".
Y eso no es todo: los plazos de garantía se han ampliado a 5 años (de los 2 actuales) para los pequeños bienes ya 10 años (de los 5 actuales) para los grandes electrodomésticos.
Y luego las sanciones: el productor o distribuidor de bienes de consumo es castigado con prisión de hasta dos años y multa de 300.000 euros si ha engañado o intentado engañar al consumidor, por cualquier medio o procedimiento, incluso a través de terceros. “Construir bienes destinados a romperse rápidamente representa una garantía de continuidad para el mercado - subraya el sen. Castaldi – con consumidores obligados a sustituir electrodomésticos potencialmente saludables, pero en los que el diseño inicial ha insertado un defecto planificado”. El parlamentario recuerda: "Un estudio alemán titulado "Obsolescencia programada - Análisis de las causas - Ejemplos concretos - Consecuencias negativas - Manual de funcionamiento", demostró cómo numerosos electrodomésticos y productos de uso común están programados, por los propios fabricantes, para romperse después de unos dos años, es decir, después de la expiración del período de garantía legal”.
La comisión está celebrando una serie de audiencias y esta semana escuchará a representantes de Confartigianato, APPLiA Italia; Samsung Italia y CNA.