En Holanda, Europa gana. Ciertamente así es una clara victoria, casi histórica e inesperada en estas dimensiones, para los dos grandes partidos en carrera, ambos europeístas: los conservadores del Vvd del primer ministro saliente Mark Rutte y el Partido Laborista del PvdA de Diederik Samsom han crecido significativamente desde las últimas elecciones. El partido liberal-conservador de Rutte obtiene 41 escaños (tenía 31), mientras que el Partido Laborista del PvdA asciende a 39 (tenía 30). Juntos, los dos partidos tienen 80 escaños (de los 150 de la Cámara holandesa) y, aunque divididos por elementos programáticos, en el papel pueden crear un gobierno mayoritario pro-UE.
Samson telefoneó a Rutte para felicitarlo por la victoria. El primer ministro comentó los resultados de la encuesta anunciando: "Mañana daré el primer paso hacia la formación de un gobierno". Los observadores creen que buscará una alianza con los laboristas. El euroescéptico ultraderechista (Pvv) de Geert Wilders se desplomó (-9 escaños, de 24 a 15), mientras que los socialistas de Emile Roemer (también euroescépticos, pero desde posiciones de izquierda) se indican en cambio al mismo nivel que en las elecciones anteriores (15 escaños).
Casi 13 millones de holandeses (12.696.193 según cifras oficiales) votaron en elecciones anticipadas seguidas en toda Europa, pero en el que las últimas encuestas adjudicaban, como de hecho ocurrió, una victoria a las fuerzas moderadas y pro-euro, cercenando las alas euroescépticas del fragmentado alineamiento político del país.