La internacionalización del yuan es lenta pero inexorable. El último eslabón de la cadena es el acuerdo entre China y Corea del Sur para utilizar sus propias monedas para regular el comercio entre ambos países: China aceptará el won y Corea aceptará el yuan-renmimbi. Hasta ahora estas 'aceptaciones' dependían de la voluntad de las contrapartes y de las directivas cambiarias en los dos países. A partir de hoy, sin embargo, no habrá límites a estas regulaciones, no habrá necesidad de recurrir a una tercera moneda (normalmente el dólar) para 'triangular' los pagos. El yuan podrá entonces ser retenido por los exportadores de Corea del Sur y esos fondos se sumarán a otros 'xeno-yuan' al otro lado de la frontera.
El acuerdo se anunció ayer durante la visita del presidente chino, Xi Jinping, a Seúl, pero aún no se ha decidido la fecha de inicio. Estos acuerdos monetarios directos se suman a acuerdos similares que China ha hecho con Gran Bretaña, Japón, Rusia y Nueva Zelanda.
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